Pontevedra vibró con la fiesta del balonmano gallego

Las gradas del Pavillón Municipal se llenaron de aficionados de ambos equipos que no dejaron de animar

Las gradas del Pavillón Municipal fueron una fiesta. JAVIER CERVERA-MERCADILLO
photo_camera Las gradas del Pavillón Municipal fueron una fiesta. JAVIER CERVERA-MERCADILLO

El Pavillón Municipal de Pontevedra fue una completa fiesta, de principio a fin, con el derbi del balonmano gallego. La noche empezó con las dos aficiones cantando, en total sintonía y en pie, el himno gallego, lo que dio el pistoletazo de salida a la fiesta total. Con las gradas hasta arriba de seguidores y con una gran asistencia de cangueses, el encuentro ganó mucha fuerza. Los aficionados del Frigoríficos fueron el jugador número ocho y no pararon, en todo el partido, de cantar y animar a sus jugadores.

Sin duda, el resultado y el devenir del choque marcaron un poco el ritmo de la hinchada. Durante toda la primera mitad fue la grada visitante la que llevó el peso de las celebraciones. Cada gol del partido se convirtió en una auténtica fiesta para unos aficionados entregados y animados. Los hinchas del Teucro se mostraron más fríos cuando su equipo estaba abajo, pero no dejaron de alentarles y de comentar todas las jugadas polémicas que no favorecían a los suyos.

Tras la reanudación del encuentro, y con el Condes de Albarei camino hacia la remontada, el pabellón se vino totalmente abajo. En cada jugada de ambos equipos, en cada gol y en cada situación de especial relevancia, los aficionados se venían arriba, acompañados de bombos y trompetas.

Tras el final del encuentro, y con el luminoso a favor del Frigoríficos del Morrazo, la grada visitante se convirtió en una auténtica celebración. Los cánticos de ánimo para el Cangas y los nombres de los jugadores de la plantilla era lo único que se escuchaba en un Municipal de Pontevedra que se quedó desnudo de seguidores teucristas, que no querían observar la alegría del conjunto rival, y donde el equipo visitante celebró, hasta la saciedad, la importante victoria conseguida frente al Condes de Albarei.

Los jugadores la celebraron en el centro del campo, dando saltos y señalando a sus hinchas y, en el otro lado, los desplazados a Pontevedra les vitoreaban y agradecían el gran encuentro que disputaron y cómo pelearon hasta el final. Suso Soliño, jugador clave en la victoria del Frigoríficos y uno de los más queridos por todos los seguidores del Cangas, se lanzó a la grada para abrazar y tocar a una afición que no bajó los brazos nunca y que supo de la importancia del encuentro desde el minuto uno. Este fue el momento más álgido de una celebración que se alargó durante varios minutos debido a unos jugadores, y unos seguidores, que no querían abandonar la pista en la cual lograron tan importante triunfo en el camino a la salvación.

Nadie quiso perderse el espectáculo que ambos equipos tenían preparado para el derbi gallego y, por ello, en las gradas del Municipal de Pontevedra se pudieron ver algunos rostros conocidos del mundo del deporte. Entre los aficionados cangueses se encontraba el guardameta del Celta de Vigo Iván Villar, mientras que en la hinchada local se pudo ver al portero del Pontevedra CF Edu Sousa y al exjugador y capitán del Condes de Albarei Teucro Carlos García.

Además, y debido a que en Meaño se está disputando un torneo de balonmano base en el que participan varios equipos de la zona de Pontevedra, muchos de los participantes, junto a sus entrenadores y padres, se acercaron a Pontevedra para disfrutar del derbi gallego, que sin duda no defraudó a nadie que se acercase al pabellón.

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