Pontevedrada: una ola de solidaridad

Cientos de caminantes partieron desde la Praza de Ferrería hacia Santiago de Compostela para concienciar sobre la importancia de la donación por medio del deporte

Los participantes de la Pontevedrada se reunieron en la Praza da Ferrería para comenzar la marcha. JAVIER CERVERA-MERCADILLO
photo_camera Los participantes de la Pontevedrada se reunieron en la Praza da Ferrería para comenzar la marcha. JAVIER CERVERA-MERCADILLO

A la salida de la Pontevedrada sonaba Highway to hell, de AC/DC. Pero la ruta que emprendieron los cientos de personas solidarias que se reunieron este sábado en la Praza da Ferrería no es una autopista al infierno, sino un camino lleno de bondad y de concienciación.

A la mayoría de las personas que formaban la llamada 'gran vena de la vida' las unían increíbles historias de superación personales o familiares, pero otra parte importante de ellas estaban allí por que sí. Porque así se lo dictaba su corazón. Es por ello que en el ambiente se respiraba mucha emotividad y, ante todo, grandes dosis de espíritu deportivo, pues no hay que olvidar que la Pontevedrada no es una prueba fácil de superar, ya que los participantes se enfrentaban a una dura noche de camino desde la Boa Vila hasta Santiago de Compostela, donde su camino finalizaría en la Praza do Obradoiro.

Aunque los ánimos eran los mejores, el tiempo no acompañaba. La lluvia, que llevaba toda la tarde amenazando, comenzó a caer minutos antes de las 20.00, hora a la que se había fijado la salida de la marcha. "Una persona que está pendiente de un trasplante no está pensando en la meteorología y, entonces, nosotros tampoco. Tenemos que ponernos en su piel", animaba Michel Martínez, presidente de Asampo, la asociación organizadora de la marcha.

Pero el tiempo no era la única amenaza para quienes participaban en la Pontevedrada. "A ver si somos capaces de llegar", comentaba un grupo de caminantes justo antes de emprender el camino. Pues la Pontevedrada no entiende de edades ni de forma física, solo de solidaridad. Ante esto, Susana Pérez, una de las organizadoras de la marcha, se dirigía así a los caminantes: "Todas las personas que han recibido un trasplante os agradecen un millón de veces lo que estáis haciendo. Recordadlo cuando la caminata sea dura".

Y, con este espíritu, los participantes en la iniciativa se dispusieron a comenzar la larga noche que les aguardaba, que para ellos no era un obstáculo, sino un reto. Una forma de demostrar a familiares, amigos e incluso desconocidos que, pase lo que pase, cuentan con su apoyo y su espíritu solidario para superar cualquier adversidad. Incluso un trasplante.

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