Hasta cuatro miembros del Cisne ganaron la medalla de bronce en el Europeo Juvenil

Tres jugadores blancos y su técnico, Jabato, celebran en la Boa Vila la medalla del Europeo ► "Ese tercer puesto tenía que ser nuestro", afirma el seleccionador de los juveniles
Jabato, Dani Virulegio, Carlos Álvarez y Pablo González con el bronce logrado en el europeo. JOSÉ LUIZ OUBIÑA
photo_camera Jabato, Dani Virulegio, Carlos Álvarez y Pablo González con el bronce logrado en el europeo. JOSÉ LUIZ OUBIÑA

Algunos finales son agridulces. Después, cuando pasa el tiempo, es más fácil darle valor a los méritos logrados. Así es como se sienten los cisneístas Carlos Álvarez, Dani Virulegio, Pablo González y su entrenador, Javier Fernández Jabato. Por primera vez desde que ganaron hace casi una semana el bronce en el Campeonato de Europa , los tres jugadores blancos y su técnico se reunieron en Pontevedra -con motivo de la visita a la Deputación- para conmemorar su éxito en Croacia. Un tercer puesto que ahora parece saber a poco, pero que "está bien", explica González, "aunque siempre te gusta estar más arriba en el podio", matiza.

Por su parte, Álvarez reconoce que ahora "quizás no lo valoremos porque cuando estás allí sueñas con llegar a la final y ser campeón, pero a la larga nos daremos cuenta del buen trabajo de todos estos años". Y es que el extremo del Cisne y de la selección nacional juvenil no ha olvidado las palabras de sus entrenadores, que antes del último partido del campeonato europeo le recordaron "toda la gente que pagaría por estar en nuestra situación, así que lo mínimo que podíamos hacer era luchar y entregarlo todo, y así lo hicimos", hasta alcanzar el podio.

Hicieron un auténtico partidazo ante Eslovenia, el mejor del campeonato, y la medalla se vino a casa

EL CAMINO A LA VICTORIA. Firmaron un Campeonato de Europa casi perfecto, tras más de un año sin competir a nivel internacional por la Covid-19, con solo una derrota en el balance final de la competición. Pero los momentos más duros llegan cuando menos los esperas, y por eso la diferencia de un solo gol en la semifinal ante Alemania - que dejó a los Hispanos juveniles fuera de la ansiada final - pesó más que todas las victorias previas. "Teníamos mucha ilusión por estar en una final y se nos escapó por muy poquito", cuenta Jabato, "pero en el cuerpo técnico entendíamos que había pocas horas de luto, porque el primero que se repusiera empezaría ganando el siguiente partido, y ese bronce tenía que ser nuestro".

Tocaba rearmarse y los Hispanos firmaron su mejor partido ante Eslovenia para hacerse con el tercer puesto. Pero antes tuvieron que superar el resto de un campeonato al que llegaron "a marchas forzadas", reconoce Virulegio. "Pero al ganar el primer partido ante Israel cogimos confianza", matiza.

Ahora no valoramos igual el bronce porque sueñas con la final, pero con el tiempo nos daremos cuenta del buen trabajo

El segundo obstáculo fue Hungría, un partido difícil en el que el pitido final sonó sobre una ventaja de dos de los Hispanos, lo que les hizo estar "más confiados y pensar que podíamos llegar lejos", sigue explicando el pivote redondelano. "Si seguíamos así sabíamos que podíamos llegar a luchar por las medallas", añade. Lo lograron, pero antes empataron ante Suecia en lo que fue "un pequeño tropiezo" en el camino hasta el podio de los jugadores del Cisne.

"El siguiente contra Eslovenia no fue el mejor partido, pero en los últimos 30 segundos remontamos cuatro o cinco goles y fue increíble", relata Viru. El cisneísta explica que esa victoria les valió para salir "muy motivados" ante Islandia, porque estaban solo "a un paso de conseguir nuestro objetivo".

En el partido decisivo salimos con más ganas que el rival, fuimos a morder y conseguimos llevarnos el tercer puesto

Llegó la semifinal ante Alemania, la favorita, en la que los Hispanos pelearon hasta el último segundo: "Estuvimos todo el partido compitiéndoles".

Pero la derrota fue inevitable y "las horas posteriores a la semifinal fueron complicadas para todos porque no dejas de darle vueltas a lo que podrías haber hecho mejor", explica Carlos. Entonces, en la lucha por el tercer puesto ante Eslovenia, Virulegio asegura que salieron "con más ganas que el rival, a morder". "Tenían que sacar casta y orgullo, y lo hicieron", reconoce Jabato, que asegura que "fue un auténtico partidazo, el mejor. Y la medalla se vino a casa".

FORTALEZA. La resistencia física la demuestran sobre la pista, pero la fortaleza mental es un trabajo constante y silencioso. "Tienes que buscar una forma de relajarte antes de empezar, y una vez en la pista centrarte en cómo puedes hacerle más daño al rival", explica el meta Pablo, y "aunque estés en el banquillo, poder animar a un compañero es muy importante".

En partidos tan importantes tienes que intentar relajarte y sobre la pista pensar en cómo hacer daño al rival

El cuerpo técnico, liderado por Jabato, también sufrió el quedarse a las puertas de la final, pero intentaron reponerse con rapidez porque "había otra oportunidad de medalla". "Aunque estábamos desilusionados, se nos tenía que notar lo menos posible, tirar de ellos y levantarlos", reconoce.

La misma noche que cayeron en semifinales, Jabato habló con sus jugadores para recordarles "lo duro que habíamos trabajado todo el verano. Teníamos que ir a por el bronce con uñas y dientes". Y así fue.

"Estaría orgulloso aunque no consiguieran la medalla"

Jabato lo tiene claro: el orgullo que siente por sus pupilos va más allá del metal conseguido en Croacia. "Después de sacar una medalla todo parece muy bonito, y aunque ha sido positivo, estaría igualmente orgulloso de mis jugadores si no la hubieran conseguido", dice.

Cuerpo técnico y plantilla han trabajado "muchas horas en la pista", explica el entrenador, para traer una recompensa tan preciada a casa como el tercer puesto en el Campeonato de Europa juvenil. Pero conseguir o no los objetivos, en un deporte que te da tan rápido como te quita, no es lo único que determina el trabajo bien hecho.

"Nadie nos ha regalado nada, y está claro que pretendíamos traer una medalla, pero el trabajo de estos chicos se decide por detalles, estímulos y experiencias. También creo que tuvimos la pizca de suerte que hay que tener en un torneo para luchar por las medallas, al final es el conjunto de muchas cosas", sentencia Jabato.

También Carlos Álvarez presume de equipo y hace un llamamiento a la puesta en valor de su disciplina: "Si después de este año, con los logros que hemos conseguido en el Cisne y con los Hispanos, no se visibiliza el balonmano, ya no sé qué más tenemos que hacer".

El cisneísta cree que ha sido un año "muy completo" tras ganar el Campeonato de España juvenil con su club –junto a Virulegio– y representar a Galicia con el combinado nacional, con sus otros dos compañeros: "Que hubiera tres representantes gallegos es muy importante para la comunidad".

CANTERA. Uno de los objetivos del técnico ciudadrealeño era "construír un equipo" con jugadores que, por culpa de la pandemia, llevaban muchos meses sin competir juntos en pista.

Una tarea más sencilla cuando hay trabajo en la base. Por eso, tanto Jabato como sus jugadores valoran enormemente el esfuerzo y la dedicación de clubes como el Cisne con su cantera.

"Nos interesa que venga más gente a las escuelas de los equipos de Pontevedra", explica Carlos, "e incluso si necesitan nuestra ayuda, vamos a estar ahí".

Los éxitos, en familia "La clave fue ser todos un equipo"

"Simplemente con mirarlos ya sé lo que piensan". Así de contundente es Jabato, entrenador de los Hispanos juveniles y del Cisne, cuando le preguntan por Carlos Álvarez, Pablo González y Dani Virulegio.

La conexión entre el técnico y los jugadores del club pontevedrés es evidente, algo que no hace más sencilla su selección para ir con los Hispanos juveniles a las competiciones de alto nivel.

"Para mi equipo técnico y para mí es un orgullo poder elegir a los 16 que entendemos que son los mejores, pero también es una responsabilidad", explica Jabato.

Virulegio está convencido de que la clave del éxito "fue ser todos un equipo más que una selección. En muchos países cada uno iba por su cuenta, pero nosotros estábamos siempre juntos y nos apoyábamos".

Formar un equipo que fuese como una familia "era realmente el reto" para Jabato. "De algunos clubes vienen dos o tres jugadores, pero de otros solo uno, y la dificultad está en que todos vayan a una. Lo logramos y eso nos sirvió para conseguir el metal", afirma el seleccionador.

Reconocimiento cisneísta

El entrenador de la selección nacional juvenil y del Cisne quiso dejar claro que Carlos, Pablo y Dani "se han ganado estar en Croacia por méritos propios".

Y es que aunque muchos piensan que por ser su entrenador –todos han debutado con él en Asobal– es más sencillo, "para ellos realmente era más difícil porque tenían esa doble responsabilidad », explica Jabato, "y en el torneo habrán jugado más o menos, pero siempre luchando sus mejores minutos".

 

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