Una "falsa alarma" que no llegó a generar pánico, pero sí una alta incertidumbre. Así se vivió el desalojo del Alfredo Di Stéfano llevado a cabo por el Real Madrid durante el encuentro ante el Pontevedra. Corría el minuto 68 de partido y el partido se paró debido a un mensaje de megafonía que obligaba a los espectadores a abandonar el estadio.
"El partido estaba transcurriendo normal y corriente. Y de repente, sonó por megafonía una melodía rara y una alocución que dijo algo así como: Por favor, vayan abandonando tranquilamente sus localidades. Hay que evacuar el recinto. Al principio la gente no hizo caso. Pero cuando ya sonó dos o tres veces lo mismo, los aficionados se empezaron a levantar y se marcharon, explica Juanan González, hincha de la peña del Pontevedra Territorio Granate de Madrid y presente en el estadio también por motivos laborales.
«Yo fui uno de los últimos en quedarme. Porque lo primero que piensas es que puede ser una bomba o algo así, pero era un partido entre el Castilla y el Pontevedra de Primera Federación. No me cuadraba por ningún lado», añade González.
"Yo publiqué la noticia en mi medio y luego ya me salí fuera del estadio, pero no del recinto. Me encontré a otro aficionado, Juan Milleiro. Llamó a alguien del club, que le dijo que no sabía nada pero que no nos preocupásemos. Poco a poco nos íbamos acercando a la salida y de repente, un aficionado del Real Madrid dice: ‘¡Anda, que es una falsa alarma! ¡Todos para dentro!’", cuenta.
Finalmente, tras esperar confirmación para volver a entrar, regresó la normalidad y "se reanudó el juego sin problemas". "Pero hubo mucha gente que se fue. Había muy buen número de aficionados, pero luego faltaba bastante gente. Por miedo, por desconocimiento... se fueron"., expresa Juanan.
Finalmente, el representante de Territorio Granate explica que "cinco o diez minutos después de reanudarse el partido vino un empleado del club a la zona de prensa a decirnos que había sido una falsa alarma". "Se había activado un protocolo y hasta que chequearon que no ocurría nada, pasaron esos minutos. Falsa alarma y otra anécdota más", matiza.
