30-31. El Cisne vive una velada de profesionalidad, emoción y derrota

El Cisne Dicsa Modular estuvo a punto de meter en un lío al Sinfín Cantabria. El equipo pontevedrés ofreció una lección de profesionalidad compitiendo hasta el último segundo y más allá de él: literalmente. Con el tiempo agotado, Chan lanzó un penalti que se estrelló en la madera e impidió la igualada del bloque blanco. 30-31 final.

El duelo se jugó en el primer tiempo al ritmo que quisieron los de Jabato y en el segundo acto al que interesaba a los cántabros.

La primera mitad se fue volando, a un ritmo casi provocador. Pombo, bien secundado por un entonado Pablo Picallo. mostraba el camino a sus compañeros. El lateral derecho pontevedrés se echó al equipo a sus espaldas y ofreció un recital de lanzamiento exterior y penetraciones que lo reconciliaron con el balonmano.

Al otro lado de la cancha, el Sinfín recurría a los latigazos de Zungri y la conexión con el pivote Herrero para mandar en el electrónico, aunque siempre sin grandes ventajas. A lo sumo, tres goles.

Hasta ese momento todo eran sonrisas. Pero el rictus de los visitantes cambió cuando el Cisne Dicsa Modular subió un punto el nivel defensivo. Los pontevedreses se fueron al descanso un gol arriba.

En el segundo acto, la tensión fue creciendo con el paso de los minutos. A Pablo Picallo casi le parten la cara. Los colegiados se sumaron a la fiesta con decisiones incomprensibles que ayudaron a Ostroushko y Vallés a dar la vuelta al marcador. Pero cuando más calentaba el sol, entre la gallardía de Arias y Gayoso y el crecimiento defensivo impulsado por Calvo metieron al Cisne Dicsa en el duelo, hasta el extremo de disponer la última bola para igualar. Pero a Chan le faltaron unos centímetros de portería desde los siete metros y el choque y la permanencia se fueron a Santander.