El Pontevedra vuelve de O Vao con un punto (0-0) después de aguantar las acometidas finales de un Coruxo que se benefició en los últimos minutos de la expulsión de Álex González por roja directa.
Los de Carlos Pouso se vieron superados por el equipo vigués en el primer período y no contabilizó ninguna ocasión hasta que ya había pasado media hora de partido. La protagonizó Nacho López, al servir un buen balón a Adighibe tras una gran internada por banda. El ariete granate no pudo disparar y la oportunidad se fue al limbo.
Antes, el Coruxo dispuso de diversos acercamientos para inaugurar el marcador, el mejor de ellos en un balón que acabó estrellándose en uno de los postes de la portería de Edu Sousa.
Después del dominio local en los primeros 45 minutos llegó la reacción del equipo granate, que tuvo en la cabeza de Romay su primera gran ocasión tras la salida de un córner.
El propio Romay, además, fue el que más cerca estuvo de romper la igualada en favor de los de Pouso, pero su disparo de falta directa se topó con el palo.
El Pontevedra siguió apretando al Coruxo y, cuando parecía que podría llegar el tan ansiado tanto, llegó la jugada que acabó con las esperanzas granates: la expulsión de Álex González. El extremo, que ya había visto una cartulina amarilla, realizó una dura entrada con las dos piernas por delante sobre Yebra y el árbitro no dudó en mostrarle la tarjeta roja directa.
Era el minuto 77. A partir de ahí el Pontevedra se vio obligado a rechazar como pudo la avalancha del Coruxo, que realizó varios acercamientos con peligro antes del pitido final.
Por suerte, los granates aguantaron el chaparrón y lograron conservar un punto a domicilio que se da por bueno.
