Pudo ser un debut agrio, pero el Poio Pescamar reaccionó a tiempo y logró rescatar un empate que vale su peso en oro. Porque el conjunto conservero arrancó ganando en su debut liguero, pero el choque se le fue enredando tanto que, a tres minutos del final, lo que podían ser tres puntos claves se habían esfumado. Entonces, en una rápida transición cuando lo que imperaba en el duelo era el ataque posicional local -que ya había probado a jugar de cinco-, la conexión zurda del equipo hizo click por primera vez. Luci Gómez condujo, atrajo y cedió para Agostina Chiesa, que de primeras conectó un zurdazo que se coló entre las piernas de Cristina y puso la igualada en el marcador de un partido vibrante.
Había ganas de fútbol sala en Poio. Y el equipo locatario lo demostró desde el principio. Siete meses y medio después de su último duelo oficial, las conserveras saltaron a la pista con una intensidad sorprendente, teniendo en cuenta la inactividad. Cossío, que debutaba -en su tercera etapa- en el banquillo rojillo, demostró que las intenciones de imponer un ritmo alto, una presión a toda pista y una ofensiva vertical ya son más que intenciones. Porque el Poio, apoyado en su rotación, planteó cada acción como si fuese la última. Y Roldán le entró al juego. La consecuencia fue un partido físico, con multitud de duelos y detalles colectivos e individuales que conformaron un choque vibrante para el espectador, aunque sin multitud de ocasiones claras.
La primera llegada correspondió al bloque visitante, con un disparo lejano de Mariángeles que obligó a intervenir a Caridad. No sirvió para asustar al Poio, que respondió rápido con un disparo de Antía que se topó con el poste.
Con en el avance del duelo, el encuentro se trabó. Tanto, que en el minuto 15 el equipo de Juan Alcaraz llegó a su sexta falta, con tarjeta amarilla, además, para Alba Gil por una acción sobre Julia Dupuy. El árbitro señaló doble penalti y Dani Sousa fue la encargada de ejecutar el lanzamiento. La portera rival se adelantó de la línea reglamentaria y el colegiado obligó a repetir el disparo, para que Sousa anotase, raso, el primer tanto de la tarde. En medio de un penalti claro a Carol que el colegiado no pitó, los últimos cinco minutos de la primera mitad fueron de asedio constante por parte de Roldán. Tras regresar de los vestuarios, el bloque murciano tardó solo 20 segundos en empatar el choque. Mayte robó arriba y Ángela batió con facilidad a Caridad.
Dos minutos más tarde, el partido varió por completo. Caridad salió a la desesperada en un mano a mano ante Mayte y rechazó el chut con el brazo fuera del área. La consecuencia fue su expulsión y la entrada de la cadete Iria Varela, a la postre heroína del duelo.
Ya sin tanto fuelle y con cinco faltas, el Poio fue capaz de aguantar hasta que Andrea percutió y cedió el gol a Mariángeles. Pero cuando todo parecía terminado apareció Chiesa para dar oro al Poio.