Lydia Pérez: "Sé que puedo ser olímpica"

La luchadora pontevedresa cree que la medalla de bronce conseguida en los Juegos Mediterráneos "me servirá para darme cuenta que puedo estar con las mejores"
Lydia Pérez posa su medalla de bronce. COE
photo_camera Lydia Pérez posa su medalla de bronce. COE

Lydia Pérez es una luchadora feliz, orgullosa de lo conseguido y también aliviada por haber aprovechado la oportunidad de subir al podio de los Juegos Meditarráneos.

La luchadora pontevedresa escribió el miércoles la página más brillante de su exitosa trayectoria. En Orán se colgó la medalla de bronce en una competición que reúne a alguna de las mejores luchadoras del mundo.

"Conseguir esta medalla es increíble. Un paso hacia adelante y es convencerme de que puedo estar en unos Juegos Olímpicos", aseguraba este jueves viendo para su flamante presea de bronce.

Lydia viajó a Argelia siendo consciente de que delante suya, de nuevo, tenía una ocasión perfecta para subir al deseado podio internacional, pero el fantasma de lo que sucedió hace cuatro años se apareció en varias ocasiones.

"En la parte final del combate estaba demasiado nerviosa. Me pesó la responsabilidad, la presión... lo que pasó en los anteriores Juegos Mediterráneos (2018 en Tarragona) cuando perdí el bronce ante una italiana que era inferior a mí. Caí 5-4 cuando un mes antes había ganado a esa misma chica".

Su andadura en la cita Mediterránea no comenzó bien porque "perder el primer combate fue un palo grande porque sabía que a esa chica (la francesa Ameneline Douarre) podía ganarle, pero comencé muy nerviosa. No confiaba en mí lo suficiente", reconocía con la satisfacción de haber reaccionado en los dos siguiente combates de la fase de grupos.

"A la serbia le gané fácil y a la turca 6-0. Lo importante era estar en semifinales. Tuve la sensación de que podía haber pasado con tres triunfos".

Quedando segunda de grupo era consciente que en semifinales tenía un obstáculo demasiado grande. "La rival (la tunecina Marwa Amri) es una de las mejores del mundo. Fue bronce en los últimos Juegos Olímpicos. Es una fenómena. Sabía que era superior a mí y apenas tuve opciones".

Perder en semifinales no fue un palo para ella sino el acicate suficiente para afrontar el combate por las medallas con la ambición necesaria para no fallar.

"Yo era consciente de que era mejor que la argelina. Por recursos técnicos sabía que estaba muy por encima de ella, pero ella tiene mucha fuerza y tenía mucha moral. Competía en su casa y eso era un dato favorable para ella".

Lydia tuvo el público en contra. "El ambiente fue brutal", reconoce con la alegría de ser consciente que una deportista trabaja para momentos así.

"Sabía que de nuevo tenía la oportunidad de subir al podio. Era consciente de que era mejor que ella pero en un combate pasan muchas cosas. Llegué a ir 12-5 en el marcador y sin embargo ella se puso 11-12. Por errores míos se ajustó mucho el combate".

Cuando la "final de consolación" se acabó la pupila de Marcos Miragaya respiró tranquila. "La alegría fue inmensa". Un triunfo que es un aval de cara al futuro: "Creo que será un punto de inflexión. Me he dado cuenta que puedo estar con las mejores".
 

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