0-1. El Racing de Ferrol diluye a un pésimo Pontevedra

Los granates repiten la mala imagen de Coruxo y se muestran inoperantes incluso ante diez jugadores
Rufo se lamenta en el suelo tras dañarse el hombro, una lesión que le obligaría a abandonar el terreno de juego poco después. JAVIER CERVERA-MERCADILLO
photo_camera Rufo se lamenta en el suelo tras dañarse el hombro, una lesión que le obligaría a abandonar el terreno de juego poco después. JAVIER CERVERA-MERCADILLO

Segunda derrota consecutiva en liga para un Pontevedra CF que, tras el oasis copero, volvió a mostrar la mala imagen de Coruxo. La escuadra granate cayó 0-1 ante un Racing de Ferrol muy superior, que perdonó el primero en los minutos iniciales, marcó al filo de la media hora, vio cómo le anulaban un tanto legal y pese a quedarse con uno menos a los tres minutos de la reanudación, fue capaz de maniatar a un Pontevedra sin ideas.

Mario Fernández fue el mejor de los granates y lo comenzó a demostrar bien pronto, al ganarle en un mano a mano a David a los tres minutos de juego. Era un preludio de lo que estaba por llegar. El PCF, siempre incómodo, no se encontró ni tras el susto. Incómodo en todo momento, el Racing campaba a sus anchas aunque no llegaba con verdadero peligro. 

Poco a poco, el Pontevedra fue creciendo algo más gracias a las apariciones de Jorge Fernández entre líneas. Sin embargo, las conducciones del asturiano eran un oasis en el desierto.

El choque estaba más igualado, pero en un balón parado, el Racing hirió de muerte al Pontevedra. Joselu cazó un balón tras una dejada de cabeza de un compañero y colocó el 0-1.

Por debajo en el marcador, al PCF se le puso el mundo cuesta arriba. En un córner Joselu mandó a su propia cruceta un mal despeje. Luego, el trío arbitral le anuló el 0-2 por un fuera de juego que no era tal. Fue el preludio de los mejores minutos granates, que con varios minutos de circulaciones pausadas hasta encontrar el uno contra uno por banda, puso el miedo en el cuerpo del Racing justo antes del descanso.

Pero la imagen de los últimos minutos fue un espejismo. Pese a que el colegiado expulsó a Álex López, la superioridad numérica tampoco fue suficiente argumento de un Pontevedra que no tuvo su dia. Los granates siguieron atascados y con el reloj corriendo en su contra, se fue ofuscando.

Sin Rufo, caído en combate por un golpe en el hombro, Xisco acabó como delantero centro. Pero más allá de un centro de Àlex que golpeó en el larguero y un cabezazo del propio cántabro que un defensor sacó bajo palos, los locales no dieron en ningún momento la sensación de poder, si quiera, igualar un choque que acabaron perdiendo y que complica la andadura en la segunda mitad del campeonato.

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