Ramos contra sus orígenes

El jugador del Pontevedra se enfrentará el domingo al Atlético B, filial del club en el que militó durante cinco años y con el que debutó en un partido oficial profesional, en Copa del Rey

Carlos Ramos observa un disparo de Kevin Presa durante un entrenamiento de esta temporada. DAVID FREIRE
photo_camera Carlos Ramos observa un disparo de Kevin Presa durante un entrenamiento de esta temporada. DAVID FREIRE

El 19 es un número especial para Carlos Ramos. El 19 de diciembre de 2013, a los 19 años de edad, el centrocampista zamorano debutó en el fútbol profesional, jugando un partido con el Atlético de Madrid en Copa del Rey. Ramos no actuó con el dorsal 19. Sería demasiada casualidad. Vestía el 26. Salió al Calderón, escuchó el bullicio de la grada, contempló la grandeza del estadio y desde entonces se convirtió en un rojiblanco más. "Fui allí sin ser del Atleti, pero cuando entrabas en el Calderón y veías la afición que hay y cómo se comporta, al final te conviertes. Ahora mismo sí puedo decir que soy colchonero", recuerda el joven jugador castellano. El martes que viene se cumplirán cuatro años de aquel día, de uno de los momentos culminantes de su carrera deportiva. Y para recordarlo, el destino ha planeado cruzarlo con su pasado, con el Atlético de Madrid B.

"Es algo muy especial, porque estuve cinco años allí y me formaron como futbolista", explica el joven centrocampista, ya recuperado de una lesión muscular que lo mantuvo fuera del Pontevedra durante varias semanas.

El joven centrocampista granate jugó a las órdenes de Simeone contra el Sant Andreu, hace cuatro temporadas


Ramos disputó aquel encuentro de vuelta de Copa del Rey contra el Sant Andreu, en el que estuvo 72 minutos a las órdenes de Simeone. El cuadro madrileñó pasó la eliminatoria y él vivió una de las experiencias de su vida. "Soy lo que soy gracias al Atlético de Madrid. Por eso es también un encuentro diferente para mí".

Pocos compañeros quedan ya en el filial rojiblanco de la etapa en la que Ramos formó parte de él. Otros cachorros como él han crecido y han abandonado el seno materno en busca de fortuna en la vida.

"Casi no queda nadie allí de mi época, excepto miembros del cuerpo técnico o fisioterapeutas. Jugadores: el capitán y un par de ellos más", explica Ramos.

Las circunstancias restan valor a los sentimientos y hacen que sea pragmático. La situación del PCF no es la ideal para abrirse al romanticismo.

"Me formaron como futbolista. Soy lo que soy gracias al Atlético de Madrid", asegura el jugador zamorano


"Es un encuentro importante, pero no por jugar contra el Atlético de Madrid B, sino por nosotros mismos. Merecemos estar más arriba. Son tres puntos y tenemos que conseguirlos sí o sí".

GANAR. Puestos a averiguar qué es lo que le falta al Pontevedra para estar en un puesto más favo rable, Ramos descubre que "aparte de la pizca de suerte que no nos ha acompañado puntualmente, que salgan los resultados. Entre semana trabajamos como bestias, en el partido ocurre lo mismo, y nos falta eso, las victorias".

El centrocampista no se atreve a asegurar que la tensión tenga al equipo encadenado, en especial en Pasarón. "No sé si estamos atenazados, pero es normal que haya nerviosismo después de cinco partidos seguidos empatados. La gente está inquieta al ver que no ganamos. Un resultado nos puede dar la vida para sacar lo que llevamos dentro".

Ahora espera a que le llegue una nueva oportunidad en el once inicial de Luisito. Ayer llevó puesto el peto de los titulares en el tramo final del entrenamiento del cuadro pontevedrés en el campo del centro Príncipe Felipe

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