Refugiadas en la gimnasia

El Campus HQR!-Los Sauces acoge en Pontevedra a seis jóvenes gimnastas ucranianas que tuvieron que escapar de la guerra hasta la localidad portuguesa de Guimarães
Las gimnastas ucranianas en el Campus HQR!-Los Sauces. JOSÉ LUIZ OUBIÑA
photo_camera Las gimnastas ucranianas en el Campus HQR!-Los Sauces. JOSÉ LUIZ OUBIÑA

Las historias se suceden en cada edición del Campus HQR!-Los Sauces. Pero este año, el evento deportivo ofrece una de las más emotivas de su historia gracias a unas invitadas de excepción. Se trata de seis gimnastas de entre 8 y 16 años que disfrutan de las actividades deportivas del Campus tras haber tenido que dejarlo todo atrás para poder cambiar la guerra de Ucrania por una vida mejor.

Todas ellas fueron acogidas meses atrás por Adriana Castro, la entrenadora del Guimagym en la ciudad de Guimarães, en el norte de Portugal. Con ella pudieron seguir practicando la gimnasia rítmica, como solían hacer en su hogar.

Castro explica que en la mayor parte de los casos, las gimnastas llegaron a ella por medio de amigas que tenía en Ucrania, donde había vivido durante seis años. Una vez supo de sus situaciones, el club luso al que pertenece hizo lo posible para ayudar a las jóvenes y buscarles todo lo que necesitasen para vivir. Así, pudo conseguir tres residencias en las que actualmente están viviendo sin pagar nada, con los familiares que las acompañan. Principalmente sus madres, ya que los hombres no tienen permitido salir del país.

Mira, de ocho años, es la menor de las gimnastas. Su entrenadora en Ucrania era una de las amigas de Adriana. La joven llegó con su madre en el primer autobús que salió desde Polonia hasta Guimarães. "Vivían en Kiev, pero es una familia que ya venía de Lugansk. Ya habían venido aquí en 2014, cuando empezó la guerra en el Dombás. Es una familia que ya es la tercera vez que se mueve así", señala la lusa.

Quizá una de las situaciones más complejas le tocó a Anzhelika, de once años. Ella vivía en Járkov (Kharkiv en ucraniano), una de las ciudades más bombardeadas. "Ha estado 20 días en un búnker y solo pudo salir cuando abrieron unos corredores para evacuaciones. Ha venido con su madre en coche desde Kharkiv hasta Portugal. Es la niña que creo que ha visto más de la guerra", lamenta Adriana Castro. Anzhelika es la única que llegó a Portugal sin haber tenido contacto previo con la entrenadora. En un principio, ella estaba con un grupo de futbolistas cerca de la ciudad. Luego, buscando en una base de datos, encontraron Guimagym. Y el club las acogió a ella y a su madre.

ADRIANA CASTRO
Entrenadora Guimagym

Una ha estado 20 días en un búnker. Solo pudo salir cuando abrieron corredores de evacuación

Tres de las demás gimnastas ya habían visitado antes la ciudad de Guimarães para asistir a un torneo internacional. Se trata de Ailara, que nació en año 2011, y de las gemelas Sonya y Sasha, que nacieron en 2009. Las tres venían de una escuela de gimnasia rítmica de Kiev. "Las niñas ya me conocían, hemos hablado y ahora están aquí entrenando y están muy bien con nosotros", expresa Adriana.

La última en salir de Ucrania fue Sofía, que con 16 años es la mayor de las seis. Sofia, también de Kiev, era una gimnasta de la selección de Ucrania y pupila de otra amiga de Adriana. Ella pudo llegar a Portugal con más familiares que ninguna: son cuatro hermanas, su madre y su abuela.

Sobre la posiblidad de regresar, Adriana Castro menciona que algunas de las familias ya han decidido echar raíces en la Península Ibérica: "O ya no tenían donde volver porque su casa ya no está, o no veían futuro en Ucrania". Aún así, recalca que «la mayoría de las familias quiere volver, pero solo lo harán cuando haya seguridad para los niños". "¿Cómo van a volver si puede caer una bomba?", se pregunta.

Ya asentadas en Portugal, la presencia de las seis ucranianas en el Campus HQR! se debe a que Castro es una de las profesoras invitadas a dar clase. Cuando mencionó a las niñas, desde la organización extendieron una invitación.

DAVID ACEVEDO 
Coordinador del HQR!

Para ellas es una experiencia muy buena. Y el resto ven el horror de la guerra

David Acevedo, coordinador del programa de verano HQR!, explica que "para ellas es una experiencia muy buena. También para el resto de participantes es una manera de concienciar sobre el horror de la guerra". Además, señala que las jóvenes ucranianas están ahí como cualquier otro participante, con la diferencia de que están becadas de formas gratuita, lo que fue posible gracias a la aportación del colegio Los Sauces, Abanca y Diario de Pontevedra.

La gimnasia como rutina para seguir

Adriana Castro, entrenadora de las gimnastas destaca que tener que dejar sus casas y sus vidas atrás pudo ser duro. Especialmente en el caso de Anzhelika, que fue la que vio más de la guerra. Pese a ello, también destaca que "lo impresionante es que siempre que llegaba una al club, ese mismo día ya estaba en el gimnasio entrenando, porque la gimnasia es muy importante para ellas".

Llegaron a Portugal y el seguir entrenando les permitió mantener «una parte de la vida que era habitual para ellas». Por ello, según la entrenadora, su viaje al campus es en parte una forma de que las jóvenes puedan tener unas vacaciones haciendo lo que les gusta.

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