El responsable de la batería granate

Adrián González asume la preparación física del PCF tras la marcha de Miguel Arcos ►Le ha "sorprendido" el buen nivel condicional con el que han llegado los jugadores
Adrián González. GONZALO GARCÍA
photo_camera Adrián González. GONZALO GARCÍA

El fútbol ha cambiado. Y aunque las pretemporadas ya no sean ese período destinado a ‘cargar las pilas’ de los equipos, la figura del preparador físico de un club siempre estará asociada a este reseteo y puesta a punto de las ‘baterías’. Si entre los protagonistas en el terreno de juego que vestirán de granate esta temporada abundan las caras nuevas, en el cuerpo técnico del primer conjunto del Pontevedra Club de Fútbol abundan también los cambios.

Jesús Ramos, como responsable máximo, continúa en sus funciones después del buen trabajo realizado el curso pasado. Al igual que como Moncho Martínez como preparador de guardametas. Pero el resto de integrantes del staff se estrena en el puesto. Uno de ellos es Adrián González (Santiago de Compostela, 1986), que esta campaña será el responsable de la puesta a punto de la plantilla de cara a una temporada que se prevé intensa.

"Hasta ahora somos un cuerpo técnico multiusos. Hacemos todos un poco de todo", reconoce González, graduado en Ciencias de la Actividad Física y el Deporte en el campus del Lérez, con los tres niveles de entrenador en el currículum y una trayectoria de dos años (este será su tercero) en el club granate. Adrián llegó hace un par de veranos al Juvenil A de David Montes. Luego, pasó a ejercer de director de metodología de la base el pasado curso. Ese último año compaginó sus labores en el Pontevedra con la preparación física del Arenteiro y del Poio Pescamar.

La llegada de Adrián Cruz le condujo a aceptar un puesto de readaptador de lesiones en el primer equipo. Y ahora, se ha quedado. "Iba a ser el segundo entrenador, pero tuvimos la mala suerte de que Miguel Arcos se decantó por otro futuro laboral. Y he acabado sustituyéndole como preparador físico", apunta el santiagués, que completa el equipo de trabajo junto a Ibrahim Baptiste -segundo entrenador- y Borja Ríos como fisioterapeuta. Todos ellos estaban ya en el club.

"Sí que hemos visto ya que son jugadores rápidos, que se asocian bien y que sea determinante en los unos contra unos y que les pongan balones a los delanteros"

El reto de Ramos, González y cía esta pretemporada es mayúsculo. Porque las incertidumbres han sido máximas hasta ahora. E incluso a día de hoy, las incógnitas siguen presentes. "Hicimos seis simulacros de cómo serían las fechas y nueve planificaciones. Estos días nos reíamos porque para todas teníamos la misma ilusión. En todas ellas contábamos con empezar y al final no se empezaba. Es lo que hay. Estamos en una situación excepcional y tenemos que hacer cosas excepcionales", expresa González. 

Tras casi dos semanas de entrenamiento, desde el permiso de la Xunta para el contacto, los entrenamientos pasaron de lo individual a lo colectivo. "A nivel mental, para el jugador es muy difícil empezar a entrenar casi sin pelota. Pero a nivel físico-fisiológico, desde mi punto de vista, ha sido ideal después de estar cinco meses parados. ¿Por qué? Porque la cuantificación de todos los golpeos de balón (desplazamientos en largo, pases con el interior, disparos…) va al dedillo. Entonces la progresión es mucho más controlada. Nosotros queríamos tareas más de juego, pero nos ha venido bien porque la planificación inicial es ideal. Nos ha venido bien para coger las bases de fuerza y resistencia", expresa el preparador, que reconoce que el nivel físico de los jugadores le ha "sorprendido". "Hemos hecho test y salvo algún caso puntual, los valores estaban por encima de las expectativas. Han trabajado muy bien".

Precisamente este curso, se espera que el PCF imponga un estilo muy basado en el físico y la capacidad de asociación y desborde. Algo que González sí ha reconocido ya en las primeras sesiones. "Sí que hemos visto ya que son jugadores rápidos, que se asocian bien y que sea determinante en los unos contra unos y que les pongan balones a los delanteros. El míster es un entrenador atrevido en el ataque y a mí me gusta mucho. Creo que los jugadores están casi seleccionados para este modelo de juego”, apunta.

FUTURO. Tanto en este inicio como de cara al futuro, el factor de las lesiones está siendo tratado con especial cuidado, ya que los futbolistas han llegado a la pretemporada tras un período de inactividad relativa mucho mayor que el habitual. "Creemos que este año a los cuadriceps se les van a sumar las pubalgias.

Mientras, a nivel personal, sigue "agradeciendo" la oportunidad por poder vivir una situación idílica

Estamos trabajando todos los días prevención de lesiones para evitar descompensaciones musculares. Intentamos prevenir mucho, hacer mucho trabajo de fuerza y que la suerte nos acompañe. Porque ese factor también es muy muy importante", explica González que ve en las próximas semanas la celebración de amistosos como algo "determinante" porque "la gente tiene muchas ganas y en esos partidos se logra la máxima carga". Todo con la idea de olvidarse de momentos de forma a largo plazo y, por el modelo de competición, "llegar lo mejor posible ya al primer partido, que será tan importante como el último".

Mientras, a nivel personal, sigue "agradeciendo" la oportunidad por poder vivir una situación idílica como uno de los entrenadores del Pontevedra dentro de un cuerpo técnico muy joven. El factor de la edad y la ‘inexperiencia’ no les ha jugado en contra con los jugadores, ya que González reconoce que esperaba con más egos, pero entre los que se ha encontrado la humildad como denominador común:

"Charles es el primero que ayuda a bajar las cosas de la furgoneta". Tocará demostrar, por tanto, a una afición entre la que podría cundir la desconfianza ante el desconocimiento. Pero Adrián tiene claro que en el fútbol "la edad ya no es hándicap" y lo que vale es demostrar conocimientos y "que la pelotita entre". "Debemos trabajar con tranquilidad y sin agobios. Así es como se consiguen las cosas", recalca el ‘cargador de las baterías’ granates.

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