La revolución para Segunda B y Tercera División

Galicia propondrá una reducción de cuatro a dos grupos para la categoría de bronce y de 18 a ocho para Tercera

Los cuidadores de Pasarón procedieron a realizar trabajos de picado, recebado y abonado para mejorar el aspecto del terreno de juego. DAVID FREIRE
photo_camera Los cuidadores de Pasarón procedieron este miércoles a realizar trabajos de picado, recebado y abonado para mejorar el aspecto del terreno de juego. DAVID FREIRE

El fútbol gallego propondrá un cambio estructural de la Segunda División B y la Tercera División en el IV Congreso Nacional de Fútbol Aficionado, que se celebrará el 11 y el 12 de mayo en San Sebastián.

La principal novedad es la reducción de ambas categorías. La Segunda B pasaría de los cuatro grupos actuales a dos futuros. Es decir, de los 80 clubes que compiten en la división de bronce en este momento, se avanzaría hacia 40. La Tercera División se dividiría en ocho grupos, por los 18 que existen en este momento. De tal manera, la competición de Tercera sería reducida a menos de la mitad de los conjuntos que participan en ella, con lo que provocaría un incremento de su competitividad. Tercera, además, pasaría a tener un carácter supraautonómico, excepto en el caso de Andalucía, que actualmente se divide en dos grupos.

La reducción de las dos categorías, el aspecto más destacado que se propuso en la reunión que se llevó a cabo el pasado lunes por la noche en Santiago de Compostela, implicaría otras novedades importantes. Una de ellas sería la obligatoriedad de disponer de un presupuesto mínimo para partir en cada una de las dos ligas. De tal manera, para los representantes del balompié gallego, los equipos de la nueva Segunda B deberían disponer de un mínimo de 600.000 euros para poder participar en la categoría de bronce. Mientras, los que deseasen tomar parte en Tercera tendrían que contar con 200.000 euros de partida. Eso implicaría que muchos de los actuales componentes de ambas competiciones no podrían tener plaza en las mismas.

Se exigiría un presupuesto mínimo de 600.000 euros para jugar en Segunda B y 200.000 para participar en Tercera

 

Así, un equipo como el Rápido de Bouzas, que actualmente pelea por los puestos de play-off e incluso por el título de campeón del grupo I de Segunda B, no tendría cabida en la nueva categoría de bronce, para la que ha acumulado sobrados méritos deportivos, toda vez que no dispondría de los recursos económicos para poder acceder a ella.

La reducción, además, implicaría que una gran cantidad de conjuntos de Tercera División se verían de vuelta en Regional Preferente.

A pesar de esos factores, los clubes representados en el congreso autonómico de anteayer dieron luz verde a la propuesta de forma mayoritaria, por lo que la misma será elevada al Congreso Nacional de San Sebastián y, si se percibe con buenos ojos, será trasladada a la comisión mixta y la asamblea de la Federación Española de Fútbol que generalmente se lleva a cabo durante la primera quincena del mes de julio y en la que se define la composición de los grupos de Segunda B.

Las dimensiones de los campos tendrían que cumplir unos requisitos y la cantidad de fichas se ampliaría

 

Otro de los aspectos que se trató fue el de las condiciones de los terrenos de juego. Se concretó el establecimiento de unas dimensiones mínimas de 100 metros de largo por 64 de ancho, hecho que volvería a suponer una limitación para algunos conjuntos.

Las nuevas categorías, además, abrirían la posibilidad a los clubes de que dispusiesen de más futbolistas en plantilla: de los actuales 22 en total y 16 con edad mayor a los 23 años se pasaría a 25 como cifra tope y 18 séniores.

Los intentos de cambio de composición de las categorías del fútbol español de las últimas décadas han caído la mayor parte de las veces en saco roto.

Así, la propuesta de liga de filiales independiente del fútbol profesional o semiprofesional o la reducción de la cantidad de equipos de Segunda División (22 en la actualidad) nunca han llegado a buen puerto.

El último cambio significativo se produjo en 2004, cuando Tercera pasó a estar compuesta por 18 grupos y no 17, al crearse dos grupos independientes para los equipos riojanos y navarros, que hasta entonces competían en la misma liga.

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