La Ría rebosa ambición

El Poio Pescamar inicia este sábado su enésimo asalto al playoff por el título con nuevo staff y una plantilla renovada que gana en profundidad ► Tras su exitoso debut en la máxima categoría, el Marín Futsal busca dar un paso más y asentarse entre la nobleza con fichajes de 'relumbrón'
Arriba, la plantilla del Poio Pescamar. Abajo, la plantilla del Marín Futsal. GONZALO GARCÍA / BEATRIZ CÍSCAR
photo_camera Arriba, la plantilla del Poio Pescamar. Abajo, la plantilla del Marín Futsal. GONZALO GARCÍA / BEATRIZ CÍSCAR

El pasado verano, la Ría de Pontevedra empezó a sudar glamour. Porque a un Poio Pescamar que cubría de lustre la orilla norte, se le unió un Marín Futsal que llegaba a la máxima categoría para fundar un derbi que, de aquí a unos años, se convertirá probablemente en un clásico del fútbol sala femenino. Pontevedra reforzaba su posición en el mapa de esta disciplina deportiva a nivel nacional. Pero todavía podía seguir dando pasos. Y el primero ya ha llegado.

Porque al codicioso proyecto del Poio Pescamar, pendiente de dar el salto definitivo, se le une un Marín Futsal cuyo plan es recortar de golpe la enorme distancia que le separaba de sus vecinos y de otros equipos del segundo escalón. Y convertirse, prácticamente de la noche a la mañana, en habitual en las grandes citas.

Por un lado, el Poio ha vuelto a darle al botón del reset para intentar su enésimo asalto al playoff por el campeonato liguero. Desde la implantación de la fase final a cuatro como mecanismo para dirimir al mejor equipo de la liga, el conjunto rojillo ha ambicionado colarse en él, aunque sin éxito. Después de tres cursos quedándose literalmente a las puertas (quinto clasificado las tres veces), el Pescamar quiere romper, de una vez por todas, su techo de cristal. La victoria en la Copa Galicia ante Ourense para lograr su tercer entorchado no fue mérito suficiente para que Manu Cossío pudiese ganarse la confianza para afrontar su tercer curso seguido con la nave conservera.

En su lugar, el Poio apostó por la contratación de Luis López-Tulla. De un técnico reconocido y con experiencia a nivel autonómico, a un joven con ganas de comerse el mundo. López-Tulla, de tan solo 27 años, llega avalado por su trabajo en diferentes staffs técnicos. Hace dos cursos formó parte del Móstoles. Y desde ahí llegó al cuerpo técnico del Levante UD masculino, encabezado por el lucense Diego Ríos.

Ahora, Luis López-Tulla afronta su primera experiencia en solitario en un equipo en el que fallar no es una opción. Pese a ello, el técnico muestra descaro juvenil y habla de manera desacomplejada de pelear por títulos. Sin cortapisas, permitiéndose soñar a él mismo y a las suyas. Lo hace, en gran parte, porque sabe que tiene a su disposición a un plantel potente, que quizá gana en profundidad de recursos con respecto a la temporada pasada.

Y es que el Poio Pescamar ha vuelto a apostar fuerte. La reformulación no se ha quedado únicamente en el banquillo y ha afectado a la pista. Son siete las jugadoras que continúan con respecto a la pasada campaña. Este curso ya no visten de rojillas referencias como la portera Caridad García, la cierre Jane o la universal Ana Rivera, jugadoras indiscutibles el pasado curso. Tampoco siguen Luisa Mayara y las metas Lucía Paz e Iria Varela. Pero en su lugar han llegado dos porteras que elevan la competencia como Elena González y Sandra Buzón, además de Elena Aragón, Laura Uña, Rocío Gómez y Marta Peñalver.

Todas ellas son jugadoras consolidadas en la la élite. Y permiten a López-Tulla contar con variantes de todo tipo, sobre todo para dar sustituciones de calidad a Dani Sousa en el pívot.

INCORPORACIONES DE NIVEL. También ha habido movimiento en la otra orilla de la Ría de Pontevedra. Aunque en este caso, en una única dirección: ganar nivel y amplitud en la rotación. Porque el club ha dejado ir a Kun, Mar, Antía o unas Gaby y Dani Fleitas que no rindieron al nivel esperado. Y ha contratado futbolistas contrastadas. Tres de ellas tienen denominación de origen Burela. Son Bea Mateos, Lara Balseiro y Ale de Paz. Esta última, estrella de España en la Eurocopa junto a su -de nuevo- compañera Silvia Aguete, es quizá el fichaje del verano en España.

Mientras, Sara Santos suma poso desde Móstoles y las porteras Lucía Paz e Iria Varela (ambas procedentes de Poio), además de Nuria, juventud a una plantilla que no ha perdido una sola pieza importante y que si ya el pasado curso coqueteó con las posiciones altas, esta temporada aspira a estar en ellas.

Para ello contará en el banco con Ramiro Díaz, afamado técnico con experiencia internacional en el fútbol sala masculino. El preparador vigués busca encontrar el estilo ideal a una plantilla con posibilidades, que rindió jugando a la contra con Raúl Jiménez, pero que ahora debe dar un paso más para confirmar que la Ría rebosa ambición por los dos costas.

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