Más allá de su acierto goleador, Rufo ha sido una pieza capital en la filosofía de juego del Pontevedra durante toda la campaña. El delantero madrileño ha ejercido en muchas ocasiones como la referencia a la hora de desarrollar el fútbol ofensivo granate. En las buenas, pero sobre todo en las malas, el conjunto lerezano ha tendido mucho a buscar a su punta en largo para, a partir de sus disputas, bajar el balón y construir. La tendencia al balón en largo había disminuido desde la llegada de Luisito, pero en desde el comienzo de la segunda fase ha vuelto a incrementarse. Así, a día de hoy, Rufo es el gran recurso en ataque del PCF. No solo porque se buscan cada vez más balones hacia él, sino porque ha incrementado sus remates por encuentro. En los últimos tres partidos ha hecho 18 (seis por encuentro, cuando promedia tres).
Ante el Sporting B, la tendencia a golpear el esférico sobre Rufo se acrecentó sobremanera. Y es que más allá de lo que lo buscaron sus compañeros más cercanos, el delantero fue el objetivo de hasta ocho envíos directos de Álvaro Cortés. Hasta este partido, ni Mario Fernández ni el propio Cortés habían tratado de encontrar con tanta asiduidad a un punta, saltándose dos líneas y apostando por jugar en largo constantemente.
Pero si el acto reflejo del cancerbero fue lanzar el balón a Rufo -no realizó pases en corto-, un patrón similar siguieron los centrales (Imanol, Pol y Xisco) que actuaron frente al filial gijonés. Entre ellos tres, enviaron 13 veces el esférico al atacante, por las seis veces que trataron de conectar con Charles. La cifra es la más alta de toda la temporada, aunque hay que tener en cuenta que ni todos los pases fueron de una larga distancia ni el PCF suele jugar con tres centrales, como en el último partido.
MÁS PARTICIPACIÓN. Consecuencia de esta querencia por buscar a Rufo es el incremento de los números del delantero en cuanto a participación en el juego y remates. Promedia algo menos de 70 acciones (pases, regates, chuts...) por partido a lo largo del curso, según Wyscout. Pero contra el Sporting B firmó 84.Es su cuarta cifra más alta esta temporada. Tan solo participó más ante el Covadonga fuera (96), el Coruxo en casa (89) y el Compostela a domicilio (87).
Curiosamente, dos de estos tres partidos corresponden a los últimos dos meses de competición, en los que el PCF ha apostado cada vez más por juego directo. Algo que se demuestra en los intentos de pases largos ante el Guijuelo (78), Covadonga (65 y 91), Sporting B fuera (66), Lealtad (71) y Oviedo B (59). La media del equipo en todo el curso es de 55,5, superior a los 52 del último encuentro, ante el filial sportinguista. Curiosamente, el día que más se buscó a Rufo desde atrás fue el partido con menos balón largo. Una anécdota que no oculta la predisposición al fútbol directo de la que se ha vuelto a contagiar el conjunto granate.
Solo contra el Racing de Ferrol (ocho chuts, 0,4 de xG) y ante el Dépor (cuatro disparos, 0,55 xG) la escuadra lerezana fue capaz de inquietar menos al rival.
En el aspecto positivo, el Pontevedra firmó frente al cuadro de Villaviciosa su mejor encuentro defensivo del curso, ya que no recibió ningún chut.