Segunda B y Tercera División caminan hacia una reforma integral

El IV Congreso de Fútbol Aficionado celebrado en Santander aprueba una reforma por la que ambas categorías se subdividirían en dos, con una serie 1 de Segunda División B en la que solo habría cabida para 20 equipos 

Aspecto de Pasarón en el Pontevedra -Mensajero del último play-off de ascenso a Segunda B.
photo_camera Aspecto de Pasarón en el Pontevedra-Mensajero del último play-off de ascenso a Segunda B. ADP

El IV Congreso de Fútbol Aficionado celebrado ayer en San Sebastián aprobó una propuesta de reestructuración drástica de Segunda B y Tercera División que elevará a la asamblea de la Federación Española.

La idea, que parte del presidente de la comisión gestora de la RFEF, Marcelino Maté, consiste en desglosar ambas categorías en dos series, 1 y 2, que organizarían jerárquicamente: el paso de unas a otras se produciría mediante ascensos y descensos. La propuesta generará dos escalones más en el balompié nacional.

La serie 1 de Segunda B pasaría a estar formada por 20 equipos: los cinco primeros clasificados de cada uno de los grupos actuales, más los descendidos de Segunda A, menos los ascendidos a la categoría de plata.

En la serie 2 habría 60 equipos: los que concluyan la temporada entre la sexta y la décima quinta posición, los dos que ganen el play-out y los que logren el ascenso en el play-off de Tercera División.

Ese sector se dividiría en tres grupos que atenderían a la siguiente configuración geográfica: en el grupo 1 actuarían los gallegos, asturianos, riojanos, cántabros, vascos y castellano-leoneses. En el 2, los navarros, aragoneses, baleares, catalanes, murcianos y valencianos. En el 3, los andaluces, manchegos, madrileños, extremeños, canarios, ceutíes y melillenses. 

La serie 1 de Tercera División se dividiría en seis grupos. En el gallego, estarían además los conjuntos asturianos y los cántabros. La serie 2 tendría tres subgrupos por cada serie 1, los tres de ámbito autonómico. 

Las Comunidades Autónomas que formarían los diferentes grupos de Segunda B y Tercera no cambiarían de una temporada a otra.

La propuesta fue aprobada con el voto en contra de la Peña Sport y una abstención, aunque con muchas dudas y una visible ansia de aprobación por parte de la mesa presidencial, que pareció querer condicionar a voces discordantes y no concedió tiempo para el debate entre los representantes de los clubes desplazados a San Sebastián.

De aprobarse por la asamblea de la RFEF, en julio, el nuevo sistema se pondría en práctica la próxima campaña.

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