Una segunda oportunidad: Baptiste, como entrenador lo que no logró como jugador

Sus malos hábitos frenaron su carrera, por lo que ahora quiere actuar de un modo totalmente diferente 
Ibrahim Baptiste, en Baltar tras el entrenamiento del primer equipo. GONZALO GARCÍA
photo_camera Ibrahim Baptiste, en Baltar tras el entrenamiento del primer equipo. GONZALO GARCÍA

Llegó al Pontevedra hace 15 años como una promesa, pero tras dos temporadas de granate, se fue sin cumplir las expectativas. A partir de entonces, Ibrahim Baptiste (Epinay, Francia, 1984) desarrolló una carrera marcada por los tumbos: del Hospitalet al Coruxo y luego, a un montón de quipos de las Rías Baixas como el Portonovo, el Rápido de Bahía o el Marcón, para acabar en echando un cable al Pontevedra B. Allí comenzó a forjar una relación con Jesús Ramos que ha solidificado en su ascenso al primer equipo para hacer de ayudante principal del preparador marinense. Después de no triunfar como jugador, Baptiste tiene claro que ahora sí quiere aprovechar esta segunda oportunidad que el fútbol y el Pontevedra le dan como entrenador.

"Yo desde que empecé a entrenar a chavales siempre les digo que les puedo enseñar lo que no hay que hacer si quieres llegar arriba. Yo no llegué a lo que prometía. En Francia fui con la selección y estuve en la cantera del Nantes, una de las mejores. Llegué a entrenar con el primer equipo. Pero lo que es la preparación invisible me faltó. No tuve higiene de vida, no me cuidé...", explica Baptiste, actualmente segundo entrenador del primer equipo y, a la vez, técnico del Juvenil A granate.

No quiero cometer los mismos errores que tuve como jugador. No me puedo permitir el lujo de no aprovechar la oportunidad que me da el club

Baptiste lo tiene claro: "Mi objetivo es llegar a la élite. Lo que no pude ser como futbolista, quiero serlo como entrenador". "No quiero volver a cometer los mismos errores. Como sé que no llegué por cosas que no hice, ahora no me puedo permitir el lujo de no aprovechar la oportunidad que me están dando en el club. Estando con el juvenil y con el primer equipo es doble trabajo. Pero hablamos de fútbol, no de ir a la mina. Es un lujo. Este fin de semana me chuparé 12 horas en la carretera. Pero, ¿de qué me voy a quejar? Trabajo en algo que me apasiona", recalca.

Según se encaminaba al final de su carrera, el francés tuvo claro que quería seguir ligado al fútbol y que eso podía pasar por pasarse a los banquillos. Y cuando llegó esa retirada, en el filial del Pontevedra, el club le ofreció comenzar con el Infantil B. "El PCF siempre me dio la oportunidad de promocionar mucho. Pasé de Infantil B a Cadete A y luego a Juvenil A directamente. Fui saltando de puestos. Entonces eso hizo que me entrase cada vez más el gustillo", dice.

Dentro del cuerpo técnico yo tengo más funciones de análisis. Nos entendemos muy bien

PRIMER EQUIPO. Este verano, Baptiste continuó quemando etapas cuando recibió una nueva llamada del que había sido estos años su "jefe directo". "Me contactó para decirme si me interesaría ser segundo entrenador. Él sabe cómo es mi manera de trabajar y mi manera de ver el fútbol. Me ofreció juntarme con él y yo acepté, porque no iba a un sitio desconocido. Está Moncho, que lo conozco desde hace años, con Adrián (González) también trabajé ya... Nos entendemos bien", explica. Ellos conforman un cuerpo técnico joven y que "tiene que demostrar", pero que también parte con "mucha ilusión". Como segundo, Baptiste se encarga del análisis propio y del rival a través del vídeo, pero también de ejercer como otro par de ojos para Ramos durante las sesiones: "Me fijo en cosas a las que él no puede llegar. Tengo esa función analítica de transmitirle lo que veo a nivel colectivo e individual". 

Este ascenso al primer equipo ha coincidido con el regreso de Charles, que fue su compañero en la pasada década. "Fue algo curioso (ríe). También coincidí con Churre en el Portonovo. Pero Charles no es el mismo con el que coincidí yo. Es un jugador contrastado de Primera División. Muchas veces hablamos de anécdotas de cuando estábamos juntos. Pero, ¿qué le voy a enseñar yo a él? Más bien aprendo yo de él con algunas experiencias que nos cuenta. Es como una especie de referente no solo para los jugadores, sino también para el cuerpo técnico. Él, Xisco... son jugadores que han jugado en Primera. Es más bien curioso lo de coincidir, pero para mí es muy enriquecedor", finaliza Baptiste, centrado en aprovechar esta segunda oportunidad.

Juveniles: "El objetivo es subir, pero es un año excepcional" 
Mañana la Liga Nacional Juvenil arranca con el Pontevedra en el Grupo A. Esta circunstancia le obligará a hacer más kilómetros durante la primera fase, pues tan solo comparte grupo con dos equipos de la provincia: Arosa y Lalín.
De cara a esta segunda temporada consecutiva en Liga Nacional tras el descenso, Baptiste apunta: "Este año es muy particular. Después del año pasado, que había muy buen grupo y se nos cortó la liga en el mejor momento, tuvimos que hacer un equipo con gente muy joven: de primer año, cadetes... Entonces el objetivo obviamente es ascender. Pero hay que pensar que si pasa algo en el primer equipo, los chicos tienen que estar preparados al menos para entrenar. Las expectativas son un poco variadas: si se asciende genial, pero si no se asciende hay que seguir formando jugadores. Estamos en un contexto excepcional". 
Sobre la ausencia de canteranos asentados en el primer equipo en los últimos años, el técnico tiene claro que el Pontevedra "dejó de lado" la base, pero últimamente ha vuelto a trabajarla bien: "Este club tendría que ser el tercero de Galicia, pero parte desde muy abajo. Se está yendo en el buen camino, pero es largo". 

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