"De momento pinta bien la temporada", comenta sonriente Solange Andreia Pereira. La canguesa no tiene motivos para quejarse. 2018 le ha servido para confirmar su idilio con una modalidad, el cross, que hace unos años parecía lejos de sus posibilidades. El asentamiento de la distancia corta y particularmente de la modalidad por relevos mixtos le ha concedido la posibilidad de brillar sobre el barro. Y en Holanda confirmó las buenas sensaciones que había causado al vencer en la prueba mixta de Atapuerca, una de las la citas más importantes de España.
"¿Quién me iba a decir hace un año que iba a ser medalla de oro en esta disciplina?", se pregunta la propia Pereira, a punto de embarcar en el avión que la devolverá a Galicia dos semanas después de partir por última vez.
"El cross y yo no nos llevábamos muy bien. Pero no puedo menospreciar este oro. Igual no vuelvo a disfrutar de un título como este nunca más. Ahora quiero disfrutarlo", sostiene la canguesa con la humildad propia de la incansable trabajadora que es. "Esto me sabe a mucho. Campeona de Europa no se es todos los días. Es una medalla colectiva, que conseguí junto a mis compañeros, Esther (Guerrero), Saúl (Ordóñez) y Víctor (Ruiz)".
La mediofondista morracense fue la gran protagonista de la foto de la prueba. España reservó la última posta para ella, en la que superó en un mano a mano a la francesa Johanna Geyer-Carles para entrar victoriosa en la meta. "Es el mayor logro de mi carrera deportiva hasta la fecha. Es la recompensa a todo el esfuerzo y un plus para seguir afrontando nuevos retos".
El relevo disputaba su segunda edición en un Europeo. En Eslovaquia, el año pasado, España, con la propia Pereira, fue tercera. El domingo pasado cambió el bronce por el oro. "Es una prueba nueva, pero que se va a asentar. Es muy atractiva para el espectador, muy emocionante, muy cambiante. El relevo mixto le da vitalidad al Campeonato. Hemos hecho historia", destaca feliz, antes de describir el trabajo de su equipo. "Lo hemos bordado. Hemos hecho el relevo perfecto".
La canguesa vio opciones de dar a España el oro cuando logró adelantar y soltar a Geyer-Carles, dentro del bosque por el que transcurría parte del recorrido. "Era un circuito muy técnico. Sabía dónde podía atacar y conocía a mi rival. Sabía que si entraba en la parte final del trazado técnico con distancia podía afrontar el esprint final con ventaja".
Pereira disfruta del oro en cada palabra y muestra la ilusión de una novata (lleva diez años ya en la élite, en los que ha logrado varios campeonatos de España de 1.500). "Esta no es mi prueba, pero la disfruto mucho. La veo como una niña con zapatos nuevos. Es una modalidad que nos abre las puertas a una superficie que no era común para los mediofondistas". Y encima, con títulos. La siguiente pica en Flandes es el Mundial de Dinamarca. Para ser integrante del relevo, la del Valencia Terra i Mar deberá ganar el 1.500 del Campeonato de España en pista cubierta. "Siendo campeones de Europa, merecíamos ir todos al Mundial. El equipo es muy potente. Los criterios son algo injustos". Y es que solo acuden los vencedores masculino y femenino de 1.500 y 3.000. Los ochocentistas no son seleccionables.
Eso sí, la joven competidora recuerda que el cross, que tanto le está dando, no es un objetivo en sí mismo. "Es parte de nuestra preparación para la pista cubierta", en la que su gran meta es dar la talla en el Europeo de Glasgow.
