El sueño cumplido de Gustavo

Dani Sousa invitó al joven con parálisis cerebral al partido del Poio y le obsequió al final
Gustavo, con la sudadera gris de Dani, acompañado de la plantilla del Poio Pescamar en A Seca tras el partido ante el Futsi. CEDIDA
photo_camera Gustavo, con la sudadera gris de Dani, acompañado de la plantilla del Poio Pescamar en A Seca tras el partido ante el Futsi. CEDIDA
Las y los deportistas viven por y para su cuerpo. El sacrificio, la constancia, el compromiso, la resiliencia o el compañerismo son valores que uno debe desarrollar si quiere dedicarse al deporte profesional, un trabajo en ocasiones mucho más ingrato cuando se saca más allá del foco. Sin embargo, los deportistas tienen la posibilidad de hacer felices a muchas personas que se identifican con ellos y ven sus éxitos como propios. Uno de esas historias de admiración es la de Gustavo Vieira Zanetic, un joven de 13 años que desde el pasado sábado tiene a Dani Sousa como referente. Y es que la brasileña, capitana del Poio Pescamar, cumplió uno de los sueños de Gustavo: ver en directo un partido de fútbol o fútbol sala.

Gustavo Vieira sufre parálisis cerebral y es hijo de Tatiane Zanetic y Samuel Vieira, una pareja de brasileños que acumula prácticamente tres lustros viviendo en España. "En 2007 conocí a mi marido y me vine con él a Pontevedra. Él ya estaba aquí desde antes. Y al año siguiente, nació Gustavo", comenta Tatiane, que desde el 2008 se dedica a cuidar de su primer hijo, dependiente de sus progenitores.

Pese a su origen brasileño común, a su relativa cercanía de edad y a que acumulan un tiempo considerable viviendo en el entorno de la Ría de Pontevedra, Daniella Sousa y Tatiane Zanetic no se conocían de absolutamente nada. Hasta que la casualidad, en forma de un curso previo para obtener la nacionalidad española, les hizo cruzar sus caminos. "Coincidimos en un curso de la Deputación de Pontevedra. Había gente procedente de varios países y como ambas somos de Brasil, empezamos a hablar y a conocernos", explica Tatiane, que en cuanto supo que Dani se dedicaba a jugar al fútbol sala, le comentó la enorme afición de su hijo: "Su sueño era ir a un partido de fútbol. Nosotros nunca habíamos ido y Dani nos invitó".

De este modo, la pasada semana, Sousa confirmó con Zanetic la asistencia de ella, de Gustavo, de Samuel y de su hija menor, Gabriela. "Me dijo que iba a ser un partido bueno, contra un gran rival. Y que tenía algo preparado para mi hijo, pero que no le dijese nada porque iba a ser una sorpresa", cuenta Tatiane con agradecimiento. De este modo, el pasado sábado la familia de cuatro se presentó en A Seca, donde siguieron el partido entre el Poio Pescamar y el Futsi Atlético Navalcarnero. "Gustavo estaba muy contento, pero vivió el partido con muchos nervios y deseando que Dani marcara un gol", cuenta Tatiane.

Finalmente, la pívot rojilla no marcó y el equipo conservero cayó por 2-6 ante el intratable líder de la categoría. Pero la decepción de la familia Vieira Zanetic pronto se iba a transformar en alegría. Y es que al término del encuentro, Dani se acercó a la grada, donde esperabala familia. Y le regaló a Gustavo una sudadera. "Para ti", dijo señalándole ante la inmensa alegría del joven.

La sorpresa no iba a quedar ahí, ya que una vez bajó de la grada, el pequeño se iba a sacar una foto con Dani. Pero la capitana pidió a toda la plantilla que se uniese para inmortalizar el momento. "Fue un gran gesto por parte de todas. Quedó una foto chulísima. Ya le digo a Gustavo que se la vamos a poner de cuadro en la habitación", comenta su madre. A la imagen no se unió su hermana Gabriela, de siete años. "Le dio vergüenza y no salió en la foto. Luego estaba triste porque Dani no le había dado nada a ella, pero ahora ya ha encargado dos camisetas oficiales, una para cada uno", cuenta la brasileña.

CUATRO ROJILLOS MÁS. Tras el debut de los Vieira Zanetic en A Seca, el Poio Pescamar ya ha ganado una familia rojilla más. "No será el último partido al que vayamos", reconoce Zanetic, que ahora "avisará" a su familia de Brasil para que siga al club a través de internet.

Entretanto, Gustavo disfruta con su sudadera con el 13 de Dani ("le encanta, porque el número corresponde con su edad") y revisando en Youtube una y otra vez el partido que el pasado sábado siguió en directo. "La sonrisa de nuestro peque nos motiva mucho y nos anima para seguir adelante. Ahora Dani tiene una amiga más. Le tengo muchísimo cariño", finaliza Tatiane, eternamente agradecida a su compatriota de Bahía por un gesto que no suma puntos en lo deportivo, pero sí vale oro en lo humano.

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