Los grandes o las grandes, no es cuestión de genero, nunca se rinden. A 100 días para el comiezo retrasado de los Juegos Olímpicos de Tokio, dos veteranas son las que tienen garantizada su presencia: Teresa Portela y Támara Echegoyen.
Las dos, junto a Rodrigo Germade, son las únicas deportistas de la comarca que ya tienen los deberes hechos. Se mantienen firmes ante un relevo generacional que no acaba de producirse. En el ciclo olímpico más raro de los últimos 70 años, la regatista y la piragüista afrontan la recta final centradas exclusivamente en llegar bien a Tokio, donde ambas aspiran a ser protagonistas.
La pandemia del coronavirus no solo hizo que la cita japonesa se retrasase un año, sino que también se alteró el sistema de clasificación e incluso provocó que se produjeran cambios, porque un año en la vida de un deportista es mucho. Un ejemplo de ello es el remero moañés Rodrigo Conde, que abandonó la carrera olímpica al no poder mantener el peso.
El retraso también ha producido modificaciones de compañeras de viajes. Antía Jácome acarició la clasificación olímpica con Patricia Coco, pero en el Mundial del pas
ado año se estrenó con Antía Otera, también del Ciudad de Pontevedra. Y el estreno fue espectacular, al lograr el triunfo en la prueba de 200 metros de la Copa del Mundo. Un resultado que alimenta la ilusión de cara al preolímpico que a mediados del mes de mayo se disputará en Hungría, donde habrá en litigio dos plazas.
En la cita húngara también soñarán con al clasificación una de las parejas más estables del piragüismo español de los últimos años: la formada por Sergio Valejo y Adrián Sieiro, que en el Mundial fueron octavos en la prueba de 1.000 metros. Los canoístas pontevedreses del Piragüismo Poio buscan tomar el relev de los ya lejanos David Mascato y José Alfredo Bea.
Las candidaturas de los piragüístas son las más fir
mes en un proceso clasificatorio que ofrecerá una nueva oportunidad a la tiradora María Mariño, que el 24 y 25 de abril participará en el Preolímpico europeo que se celebrará en Madrid.
Será su tercera intentona, después de quedarse muy cerca para los Juegos de Londres de 2012. La pontevedresa estuvo a punto de no entrar en el Preolímpico, ya que Teresa Díaz acarició la clasificación directa para Tokio. Pero al no lograrla, se tuvo en cuenta el ránking interno, que le favorecía a ella.
En la lista de opciones complicadas también figura la luchadora Lydia Pérez, que en el Preolímpico mundial de mayo tiene su última oportunidad. Para estar en Tokio necesita llegar a la final del torneo.
Y tampoco será sencilla la clasificación del atleta Jean Marie Okutu, que en los últimos años se quedó lejos de la marca que exige la federación internacional para estar en los que serían sus segundos Juegos, después de participar en Río de Janeiro. También sueña con el billete la nadadora coruñesa del Galaico, María Vilas, en larga distancia.
Teresa Portela, leyenda olímpica
En Tokio la palista canguesa se convertirá en la primera deportista española con seis Juegos Olímpicos. El pasado viernes ganó, con autoridad, el test selectivo que le confirmó una plaza que ella le había dado a España en el Mundial de 2019. En Tokio sueña con subir a un podio que acarició en varias ocasiones. Por trayectoria se merece colgarse una medalla que acarició en Londres, cuando se quedó a centésimas. De ella se espera todo por su gen competitivo.
Támara Echegoyen, la revancha
La patrona pontevedresa llegó a la medal race de Río de Janeiro en primera posición y tras una igualada regata se quedó fuera del podio. Fiel a su filosofía de no rendirse nunca, y tras afrontar el reto dar la vuelta al mundo, la campeona olímpica en Londres regresó a la vela que le dio gloria y a principios de 2020, antes de la llegada de la pandemia, se proclamó campeona del mundo de FX después de que su compañera superase una lesión. En Tokio aspira al podio.
Rodrigo Germade, motor del K-4
A veces la abundancia puede ser un problema. Actualmente España no solo tiene cuatro palistas para confeccionar un K-4 de garantías: tiene hasta seis y eso generó un serio problema con denuncias de por medio. Después de un polémico sistema de selección, el cangués ha sido uno de los cuatro piragüistas elegidos por Miguel García para un barco que aspira al podio en los Juegos de Tokio. Todo lo que no sea una medalla sería un fracaso.
Rodrigo Corrales, fijo para Ribera
En el Campeonato del Mundo disputado entre enero y febrero de este año en Egipto el portero cangués se erigió en uno de los mejores del universo. Dio un golpe encima de la mesa. Es, desde hace algún tiempo, un fijo en las convocatorias de Jordi Ribera. Salvo lesión estará en los Juegos de Tokio, en los que Los Hispanos aspiran a nueva medalla trece años después de la última, ya que en 2008 fueron bronce en los Juegos de Pekín.
Gómez Noya, la gran oportunidad
Una inoportuna caída hace casi cinco años le alejó de sus terceros Juegos Olímpicos, los de Río de Janeiro, en los que era claro favorito para subir al podio. El triatleta afincado en Pontevedra sueña con colgarse otra presea después de ser segundo en Londres hace nueve años y de quedarse a las puertas del podio en Pekín 2008. En este ciclo intercaló la distancia olímpica con el ironman. Aparentemente la de Tokio se presenta como su última cita olímpica.
Caetano Horta, la revelación
El joven remero de Noia dio la gran sorpresa. La renuncia del moañés Rodrigo Conde puso en juego una de las plazas del doble scull, donde el deportista formado en el Centro Galego de Tecnificación Deportiva de Pontevedra fue el mejor. El pasado domingo, formando pareja con el catalán Martín Belasteguí, alcanzó la plaza olímpica en el Campeonato de Europa disputado en Milán. Sus Juegos deberían ser los de París dentro de tres años.
Juan Saavedra, a por el podio
Después de alcanzar la medalla de plata en los Juegos Paralímpicos de Londres y de no estar bien en los de Río de Janeiro, el tirador pontevedrés buscará en la capital japonesa su segundo podio. La trayectoria que ha descrito en los últimos años le convierte en claro favorito para subirse al podio. Él sueña con un oro para poner más brillo a una carrera longeva y extraordinaria.
