Las superheroínas que hicieron historia

La entrega de los aficionados fue absoluta durante la prueba de la élite femenina, tanto por parte del público adulto como de los más pequeños ► El centro de la ciudad estuvo abarrotado de gente a lo largo de toda la jornada
La competición dejó un gran hervidero de gente, tanto en el entorno del puente de Os Tirantes, como en las calles y plazas del centro de la ciudad. GONZALO GARCÍA
photo_camera La competición dejó un gran hervidero de gente, tanto en el entorno del puente de Os Tirantes, como en las calles y plazas del centro de la ciudad. GONZALO GARCÍA

Era muy complicado igualar el ambiente vivido el pasado sábado en la capital de la provincia con la carrera de élite masculina, pero, una vez más, este domingo Pontevedra volvió a superarse, demostrando una entrega absoluta a este deporte.

La jornada arrancó con una importante resaca emocional. Al contrario de lo que ocurrió el día anterior, el mayor volumen de gente se empezó a registrar por la mañana en el centro de la ciudad, con grandes grupos de aficionados y deportistas disfrutando del buen tiempo y de las terrazas pontevedresas.

Este ambiente se fue trasladando poco a poco hacia el entorno del puente de Os Tirantes a medida que avanzaba el día y que se ultimaban los detalles para el primer plato fuerte de la jornada: la prueba sub-23 femenina.

Entre el público se podían ver camisetas de apoyo a alguna de las participantes, como una mujer inglesa que, junto al nombre de su hija, lucía el texto: "Proud mother" (madre orgullosa).

Tras esta prueba llegó el gran broche final de las Series Mundiales. La carrera de élite femenina superó todas las expectativas, que no eran pocas. La zona del pantalán del río Lérez era un completo hervidero de gente. Niños, bebés, adolescentes, mayores... nadie se quiso perder esta cita.

Una gran parte del público optó por disfrutar de la parte de natación desde la Illa das Esculturas, aprovechando así las sombras de los árboles.

Aficionados siguiendo las pruebas de este domingo. GONZALO GARCÍA/JAVIER CERVERA-MERCADILLO
Aficionados siguiendo las pruebas de este domingo. GONZALO GARCÍA/JAVIER CERVERA-MERCADILLO

En la segunda vuelta de las triatletas en el río, todo el mundo comenzó a correr hacia el lugar de la transición, y después, hacia los alrededores del CGTD. Por el centro también se podían ver grandes grupos de amigos y familias que disfrutaban de la prueba, algunos incluso con los carritos de los más pequeños. Además, hubo aficionados que aprovecharon los bares que había a lo largo del recorrido para tomar algo en sus terrazas mientras disfrutaban de la prueba y animaban a las deportistas.

Lo que más se repitió en la carrera fue la imagen de pequeños y mayores ondeando las banderas de sus países. Hay quienes prefirieron también pintarlas directamente en sus caras.

En el segmento de carrera a pie fue cuando más se podían escuchar los gritos de los aficionados. Desde las grandes favoritas, como Beth Potter o Beaugrand, hasta los de las atletas españolas.

Noelia Juan, Miriam Casillas, Anna Godoy y Marta Pintanel se convirtieron en las grandes superheroínas de muchos niños y niñas. Y aunque para muchos de ellos esta era su primera vez viendo una prueba de triatlón, estos se dejaban la voz cada vez que una de ellas pasaba por delante. Una entrega absoluta que se extendió a cada uno de los aficionados y que fue la clave para volver a dejar huella en la historia del triatlón.

Seguidores en las terrazas de la ciudad. GONZALO GARCÍA/JAVIER CERVERA-MERCADILLO
Seguidores en las terrazas de la ciudad. GONZALO GARCÍA/JAVIER CERVERA-MERCADILLO

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