El tablero es su escape

Carmen Portela comenzó en ajedrez cuando solo tenía siete años ► Ahora, esta joven promesa del tablero asume que este deporte le ha "servido en el día a día"
Carmel Portela durante un entrenamiento esta semana. DAVID FREIRE
photo_camera Carmel Portela durante un entrenamiento esta semana. DAVID FREIRE

CARMEN PORTELA es una deportista nata. En su vida se divide entre sus dos pasiones, el baloncesto, que practica desde hace seis años, y el ajedrez, que encontró gracias a su hermano hace siete años y hoy le sirve para "despejar la cabeza". Concentración, exigencia y gran afición por este deporte que Carmen asegura que le "divierte muchísimo".

Esta joven ajedrecista acude a la Escola de Xadrez Pontevedra dos días a la semana durante dos horas para practicar, de la mano de Daniel, y nunca pensó que se convertiría en una gran pasión para ella, una vía de escape.

Carmen Portela ha demostrado que es capaz de conseguir lo que se proponga. Cuando se inició en ajedrez ya supo que iba para largo. "Siempre pensé en hacerlo a largo plazo, no en ponerme una fecha para dejarlo". Entre los múltiples aspectos positivos que le ha aportado este deporte, asegura que le sirve, sobre todo, para mejorar en el colegio. "Yo en el colegio voy bien, pero me ayuda mucho a concentrarme. Soy capaz de jugar una partida con ruido de fondo, así que lo traslado a clase y me pasa lo mismo. Tengo capacidad de concentración. Aunque, si tuviese que elegir, prefiero hacerlo en silencio, está claro".

Carmen no tiene la vista puesta en el futuro, prefiere disfrutar del día a día para evitar convertir esta pasión en una obligación. De la misma manera que, hoy por hoy, sería incapaz de elegir entre sus dos pasiones. «Con ajedrez ejercito mucho la mente, con baloncesto hago actividad física, así que entre los dos me complemento".

Siempre pensé en el ajedrez como un deporte a largo plazo, no en ponerme una fecha para dejarlo

Estar quieta no es lo suyo. Busca crecer, a pesar de que no se marca un objetivo claro en el tablero. "Quiero seguir yendo a divertirme".

A la hora de preguntarle por la forma de compaginar dos deportes, ella no se agobia. "Siempre lo he llevado bien. Lo bueno que tiene el ajedrez es que no siempre jugamos todos, así que si me coincide con algún partido de baloncesto, cuadro con compañeros para que ese sábado juegue otro".

El ajedrez se ha convertido en su mayor descubrimiento. Pero sabe que si tuviese que elegir, no sería tarea fácil. "¡Uf! No sabría qué decirte; de momento sigo como estoy".

Carmen puede lograr lo que se proponga. Su perseverancia y sus ganas de comerse el mundo hacen de ella una niña con inquietudes y posibilidades para lograrlo.

No cabe duda de que esta joven pontevedresa tiene el futuro en sus manos, y el tablero le está dando las alas.

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