El Dicsa Modular Cisne vuelve a la pista después de cuatro meses de inactividad por el coronavirus. Este miércoles a las 9.00 de la mañana tiene lugar el primer entrenamiento de la temporada, en las instalaciones del Pavillón Municipal, sin un protocolo sanitario estipulado y en un desafortunado limbo informativo.
En la que será la primera semana de entrenamientos para el Cisne, lo fundamental será trabajar la parte física, con carrera y trabajo de fondo para poder arrancar en el gimnasio de aquí a unos días. Los de Jabato se reunirán en el Municipal, pero volverán al Multiusos lo más pronto posible, cuando finalicen las labores de pintura, porque "tiene más separación y podremos estar solos", explica el presidente del club, Santiago Picallo.
Como la capacidad en el recinto se limita a unas 25 personas, la directiva ha decidido convocar a toda la plantilla en el mismo entrenamiento. "Trabajaremos en las dos partes de la pista y estaremos atentos al protocolo", explica Picallo.
El Cisne solicitó el reglamento pertinente para la vuelta a la actividad, pero se les remitió el establecido por el Consejo Superior de Deportes (CSD) en el mes de junio, lo que para el gestor cisneísta "no tiene mucho sentido". Por el momento ni la Federación Española de Balonmano, ni la Federación Gallega, ni Asobal han sacado un nuevo reglamento, así que los jugadores y el cuerpo técnico volverán a las pistas en un limbo que preocupa a la directiva. "No tenemos claro el protocolo" confiesa.
Por el momento y durante las dos primeras semanas, el plan de entrenamientos se limita a cinco días semanales y a partir de agosto añadirán también los sábados a su calendario para intentar jugar los partidos correspondientes, aunque "no va a ser nada fácil".
El Cisne cuenta hasta ahora con el Torneo de Os Rosais el 22 y 23 de agosto, un partido en Lalín la semana anterior y el último fin de semana de agosto, en los días 28 y 29, con la Copa de Galicia.
Los integrantes del equipo no se han sometido por el momento a pruebas PCR, y parece no ser una obligación para volver a la actividad, pero la directiva insiste en practicar los test rápidos a los jugadores. Por el momento el control de temperatura será fundamental, vistas las carencias sanitarias que acompañarán a la escuadra balonmanística en su vuelta a las pistas. "Nos han sorprendido estas carencias, pensábamos que el Concello nos daría algo un poquito más centrado en el tema", explica Picallo.
A pesar del panorama de incertidumbre que atraviesa el club, los chicos vuelven con ganas después de trabajar "muy duro" desde el mes de abril de la mano de Alberto Mourillo y Pablo Cacheda, el equipo de preparación física al que llevan vinculados ya dos años.
A mayores, las complejidades del deporte intimidan a Picallo, que asegura "se trata de un juego de contacto, al que hay que añadir las dificultades de un entrenamiento en pista". "Estamos expectantes de ver como responde el personal", finaliza.
De poder contar con la afición en la grada deberán respetarse en todo momento las medidas de distanciamiento social, por lo tanto la capacidad podría quedar reducida a unas 400 personas, cuando el club espera llegar a la cuantía de 600 o 700 socios para esta temporada.
"Hay que discurrir", dice Picallo, planteándose la posibilidad de retransmitir los partidos por streaming. De esta forma los socios podrían acceder al contenido mediante una clave, mientras que otros aficionados deberán pagar la entrada.
El presidente recuerda que los socios "son una parte importante a nivel financiero" para el club, por lo que será necesario buscar soluciones rápidas.
"Veremos lo que nos puede facilitar el Concello en este tema", explica Picallo. El Consistorio puede ofrecer ayudas directas a la entidad deportiva y a su vez ayudas indirectas, por ejemplo, "cámaras en la pista". De esta forma podrían plantearse seriamente el tema del streaming como solución financiera.
