El Teucro superó con autoridad al Sarrià y encontró un lugar más confortable en la clasificación. El equipo pontevedrés alternó momentos de intensidad defensiva superlativa con otros de brillantez atacante para desbordar al rival gerundense, adversario directo por promocionar con los altos cargos y vivir una segunda parte del curso más plácida.
El triunfo tiene un elevado precio clasificatorio, pero un mayor valor simbólico. En él se refleja el carácter del equipo, la maduración del estilo y la constante evolución de cada uno de los jugadores, que convierten a la sociedad teucrista en más prolífica con su trabajo al mismo tiempo que la cohesión de la sociedad los abriga y los hace mejores.
Esa dinámica de unión de esfuerzos y aciertos hizo imperceptible la ausencia del alma del colectivo, Marko Dzokic, lesionado en la parte posterior de la rodilla. Samu Pereiro asumió sus galones en dirección y en la finalización, con poderosos lanzamientos exteriores que sostuvieron al cuadro azul en el primer tiempo.
Remeseiro y Diego Martínez dieron continuidad a la exhibición ofensiva de Iglesias y Samu Pereiro en la primera parte
Hasta el ecuador de ese primer acto, los pontevedreses se mantenían a flote sujetados a la barca de Ángel Iglesias. El exterior azul posee una zurda perversa. Se cuela por cualquier rendija para inyectar su veneno. Tiene tal confianza que atraviesa paredes.
Con su exhibición desde los seis y los siete metros el bloque pontevedrés respondía a la mayor variedad de recursos de los catalanes en el inicio del duelo.
CAMBIO. Pero en el paso del ecuador el dúo formado por Caue Herrera y Víctor Deco fabricaron un dique que cortocircuitó la ofensiva visitante. El Sarrià dejó de hallar lanzamientos cómodos y conservó la vida gracias a los regalos en las entregas de los teucristas, que les permitía correr. Al descanso, 15-13.
El cuadro azul encajó únicamente seis goles entre el minuto 15 de la primera mitad y el 10 de la segunda
El problema para los gerundenses fue que el Teucro no retiró el candado a su área y dio protagonismo a otros elementos antes inéditos en ataque. Remeseiro continuó el trabajo de Iglesias desde el extremo contrario. El Teucro corrió como apenas pudo hacerlo en el primer tiempo y rompió el marcador hasta una máxima ventaja de siete goles (22-15).
Las trampas colocadas sobre el parqué en el tramo final del duelo no intimidaron a los azules. Diego Martínez perdió su timidez y se alternó con Remeseiro para sellar una amplia victoria que mete al bloque pontevedrés en el top-5.
Irene Vilaboa, entrenadora del Teucro, concedió un gran valor al triunfo de este sábado ante el Sarrià. "Necesitábamos hacernos fuertes en casa. El hecho de ganar nos garantiza el golaveraje particular".
Vilaboa sabía la importancia de hacer un buen trabajo en cancha propia. Aplaudió el cambio a raíz del minuto 15. "En los primeros minutos nos sostuvo nuestro ataque y el partido pasaba porque nos sostuviera la defensa".
La técnica no se mostró demasiado preocupada por las pérdidas. "Ser capaces de ser eficaces en la velocidad de juego lleva tiempo. Pero nuestro estilo de juego se ha mantenido a pesar de que no tuvimos a nuestro director, Marko".
Sobre todo, destacó el carácter del grupo. "Este equipo es una piña. Juega muy motivado, y eso en los momentos difíciles le hace ir hacia arriba".
