El último escalón de Marta Domínguez

El campeonato se disputó en las instalaciones del Club Esportiu Rocafort de Barcelona. Domínguez llegó a la final sin ceder ni un solo juego. En el partido por el título fue capaz de reponerse a la derrota del primer set por 11-9.

"Tenía confianza porque ya le había ganado en dos ocasiones (la anterior ocasión, en el Copa de España de Squash) aunque ninguna de ellas en una final de un campeonato de España. La primera vez es la que más cuesta", relataba la joven este lunes.

"Cuando empecé veía a Xisela Aranda y soñaba con llegar a su nivel. Ahora soy campeona de España y no me lo creo"

El arranque de la final fue fulgurante para la viguesa del Squash Pontevedra. Pero con 5-1 favorable sufrió la reacción de su rival, que se llevó el primer juego por un 11-9 preocupante. "Lo vi negro. Pensé: Como siga jugando así, va a ser complicado. Pero confiaba en mis posibilidades. Si aguantaba bien físicamente y mantenía la concentración, sabía que iba a tener mis oportunidades". Y las tuvo.

La pupila de Miguel Novegil dio un paso al frente para poder hacerse con el control del partido desde el comienzo del segundo set. "Empecé a jugar mejor y dejé de cometer errores". La segunda manga acabó en su poder por 11-7.

Fuese cuestión mental o física –"mentalmente para ella era más complicado que para mí. Yo no tenía nada que perder. Ella tenía más presión"–, Domínguez empezó a imponer su ley y pasó el rodillo en los dos juegos finales para dejar sin opciones a su adversaria. 11-3 y 11-6 fueron los resultados de los dos parciales finales que le permitieron hacerse con su primer título nacional absoluto.

Todo un logro que nunca habría imaginado cuando empezaba y que pone de manifiesto que el talento y el trabajo permiten escalar montañas.

"Cuando empecé, no imaginaba poder llegar adonde he llegado. Veía a Xisela Aranda y pensaba que algún día me gustaría alcanzar su nivel. Ahora que he sido campeona de España ni me lo creo".

El comienzo de Marta con el squash fue una llamada del destino. "El compañero de mi padre se lesionó en el gimnasio en el que jugaban y mi hermana melliza y yo nos metimos en la pista junto a mi padre". Tenía once años.

"Hay mucho trabajo. Tienes que cuidar todos los aspectos: Los pequeños detalles son los que marcan la diferencia"

Con 15 se puso en manos de Miguel Novegil, entrenador y motivador como pocos. Desde aquel momento su progresión no se detuvo. Se proclamó campeona nacional de todas las categorías inferiores hasta dar el salto a la sénior.

"Hay mucho trabajo, mucha constancia, mucho tiempo dedicado. Tienes que cuidar todos los aspectos de tu vida. Todo suma: los pequeños detalles son los que marcan la diferencia".

Tiene la licencia internacional y por su cabeza pasa el Tour de la PSA para "comprobar hasta donde puedo llegar".

Y además, tiempo para estudiar CAFyD (se llevó los apuntes a Barcelona porque el lunes tenía un examen en la Facultad de Pontevedra). "Los estudios son lo más importante. Es necesario tener una formación detrás", señala.

La educación académica no es el único camino recto que ha seguido. Su entrega y pasión se reflejan en el espejo de Xisela Aranda.

"Tenemos una relación excelente. Ella siempre me ha animado y ayudado. Ella estaba en Vigo como yo. Luego vino a Pontevedra y más tarde lo hice yo. Tengo su mismo equipo de trabajo: preparador físico y entrenador. Sigo su camino. Xisela es un referente en lo profesional y en lo personal. Es una chica que tiene grandes valores, de respeto y compañerismo".

Y por supuesto, una mención muy especial para Miguel Novegil y su compañero, Juan Simal. "Este éxito es tan suyo como mío".