Un año de grandes expectativas y optimismo

La veda sobre el salmón se levanta el jueves en los ríos gallegos y los pescadores encaran esta nueva temporada con altas expectativas. Los datos de las últimas campañas no invitan al optimismo, pero sí las sensaciones que los aficionados tuvieron en los cauces de la comunidad autónoma, ya que se pescó poco, pero se vieron bastantes ejemplares en los ríos, aunque también es cierto que nunca llueve a gusto de todos y hubo lugares en los que no solo le faltó pericia a los ‘cañistas’, sino también peces a los que echar el anzuelo.

No parece que este año vaya a haber este problema. Las previsiones son muy positivas, tanto por parte de las administraciones públicas como por los pescadores que han tenido ya los primeros contactos con los ríos, bien porque hayan probado suerte en la temporada de trucha, bien porque hayan aprovechado las últimas semanas para inspeccionar el terreno.

Los niveles de caudal de los ríos son óptimos. Después de las lluvias del invierno, en las últimas semanas se han estabilizado un poco. El año pasado a estas alturas eran demasiado altos, lo que provocó que no se hubiese cogido ningún salmón en el capturadero de Monte Porreiro, en el río Lérez. Este año sucede todo lo contrario. Los datos de las estaciones de captura no muestran demasiadas buenas señales. La bajada del nivel fluvial al principio de la primavera ha hecho que los peces no se muevan en exceso, aunque se espera que las últimas lluvias hagan que los peces empiecen a remontar.

Así lo explicó Pablo Caballero, jefe del servicio de Biodiversidade de la Xunta de Galicia, que recordó que los datos de reproducción del salmón en 2010 fueron muy buenos, lo que invita al optimismo en esta temporada. «Las previsiones para este año son más favorables que para los años anteriores, ya que el número de salmones retornados para 2014 depende de los salmones que se reprodujeron, en mayor medida, hace cuatro años (en 2010). Ese año la población de los ríos de Pontevedra comenzó una recuperación del número de salmones remontantes anuales, y en los siguientes años se espera que este incremento de salmones en retorno sea aún mayor», comentó.

Estos datos son los que han hecho que la Xunta decidiese aumentar el cupo anual de capturas en el Lérez de ocho a doce ejemplares y en el Ulla de 35 a 40, a pesar de que el ejercicio pasado no se llegaron a cubrir en ninguno de los dos cauces. Los pescadores celebran esta medida, pero también comentan que la pesca de salmón depende cada vez más de la suerte que se tenga en el sorteo de los cotos, ya que cuanto más tarde sea el permiso más complicado es pescar; en junio las aguas están más calientes y los cauces llevan un nivel más bajo, además de que se prohíbe el uso de cucharilla.

En este sentido, algunos apuntan que en el coto de Ximonde, en el río Ulla, es más fácil pescar en fin de semana porque el viernes por la noche cierran la presa, por lo que baja el caudal y las posturas están más abajo.

El salmón es una especie imprevisible. Su ciclo de vida, que es como un largo viaje que dura entre cuatro y seis años, incluye una temporada en el mar de unos dos años durante la cual todo lo que le sucede es una completa incógnita. Se pueden hacer previsiones sobre su comportamiento ante el inminente comienzo de una nueva temporada de pesca, pero es muy complicado que éstas sean consistentes.

Previsiones

Aunque las expectativas son positivas, los aficionados son prudentes. Los datos de las últimas temporadas les han hecho ser un poco excépticos, pues recuerdan que el año pasado, por ejemplo, no se llegaron a cerrar los cupos ni en el Ulla ni en el Lérez (en 2013 se pescaron siete salmones). Aún así, señalan que, por el ciclo de desove, los resultados deberían ser mejores que en las últimas campañas.

En esta línea se expresa Adolfo Fares, que hasta junio no tiene coto para pescar salmón. «Esperemos que se cumplan las expectativas, pero las estadísticas dicen lo contrario. En los últimos años o no se cubrieron los cupos o costó mucho cubrirlos», explicó el pescador.

Sin embargo, este aficionado, natural de A Estrada, se permite un atisbo de optimismo al remontarse a los datos de reproducción del año 2010. «El ciclo de desove es de unos cuatro o cinco años. Hace cuatro años los datos fueron buenos, así que esta temporada debería ir bien», comentó.

Adolfo ha visto algunos salmones en el Lérez y en el Ulla, «vi uno grande en la estación de Monte Porreiro», y recordó que hasta que no se produzcan las primeras capturas no se va a poder hacer una valoración realista de cómo se desarrollará la temporada.

En la misma línea que Adolfo se expresó Ernesto García. Aunque todavía no ha podido dar un paseo por el Lérez, las sensaciones que le transmiten otros aficionados son positivas. Además, el buen inicio de la temporada en Asturias invita al optimismo, ya que Galicia y el Principado siempre han ido muy parejos en lo que a pesca de salmón se refiere.

Este aficionado pescará en Monte Porreiro a mediados de mayo, el día 20 lo hará en Frieiras (río Miño) y el 28 tiene previsto ir al Masma.

Normativa

Excepto los lunes y los jueves, a no ser que sean festivos, cinco ‘cañas’ podrán practicar la pesca de salmón en el río Lérez hasta el 31 de julio, salvo que se cubra antes la cuota anual de ocho capturas, con lo que se adelantaría el final de la temporada. Los jueves se permitirá la pesca sin muerte en los cotos conveniados con las sociedades colaboradoras con la Xunta. La Administración quiere potenciar esta modalidad y, por eso, desde 2012 la temporada se cierra el 31 de julio, pero se puede pescar sin muerte hasta el 30 de septiembre.

Además, se mantiene la prohibición del uso de cebo natural en las masas de agua salmoneras, excepto para la pesca del salmón, que se instauró en 2012. La razón es que el cebo natural es mucho más complicado de desanzuelar que el artificial, incluso la mayoría de los peces mueren en ese momento porque tienden a tragarlo.

Las normas para la pesca de salmón son prácticamente las mismas de anteriores temporadas. A partir del 1 de junio está prohibido el uso de la cucharilla, la cuota de captura sigue siendo de un ejemplar por persona y día y la dimensión mínima permitida es de 40 centímetros.

Solo se podrá practicar la pesca en el período comprendido entre una hora antes de la salida del sol y una hora después de la puesta. Las horas oficiales serán establecidas en la página web de Meteo- Galicia.

En todos los salmones capturados se comprobará la presencia de micromarcas magnéticas en el cartílago nasal, pues son ejemplares que proceden de repoblaciones de la Xunta. Para ello se solicita la colaboración de los pescadores, ya que es necesaria la permanencia del salmón en el centro de precintado el tiempo preciso para recuperar la micromarca, propiedad de la Administración.

Furtivismo

Las prácticas furtivas son uno de los lastres más importantes que arrastran los ríos en todo el territorio español y algo que preocupa seriamente a los pescadores, que piden más vigilancia en las márgenes y, especialmente, más colaboración por parte de todos.

Una de las artes que los furtivos intentaron poner en práctica en el Lérez ha sido coger el salmón ‘por el chaleco’, con el ‘robador o grampin’, algo parecido a una gran cucharilla plomada con tres ganchos que engancha al ejemplar por cualquier parte.

Pablo Caballero señalaba hace unos meses en Diario de Pontevedra que «el nivel de furtivismo en el Lérez era y es bastante preocupante, porque la presa de Bora retiene mucho a los salmones y, al acumularse allí, son una tentación demasiado grande para los furtivos. Está claro que el furtivismo no va a acabar con la población de salmones, pero sí la puede disminuir de forma preocupante».

La falta de escrúpulos de los furtivos unida a que hay gente, incluso restaurantes, dispuestos a pagar cantidades importantes por el salmón salvaje, a pesar de la prohibición de comercialización en toda España, son las claves de la supervivencia del furtivismo.

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