Un maestro del oval

Una década después de haber dado sus primeros pasos en el mundo del rugby, Tsegaye Soler sigue soñando con llegar a lo más alto. "He probado deportes muy variados como ballet, tenis, kárate e incluso hice seis años atletismo, pero el rugby me encanta".

Defensor acérrimo de los valores que defiende su disciplina, a Tsegaye le gustaría que el rugby estuviera más reconocido en España. "Es muy habitual que la gente se sorprenda mucho cuando les dices que juegas al rugby", cuenta, "los que jugamos aquí, al no ser un deporte tan popular como el fútbol, tenemos un sentimiento de pertenencia especial".

Precisamente, sentir el club como una familia es uno de los motivos que impulsan al deportista a seguir apostando por esta disciplina. "Muchos deportistas han destacado que el rugby es agotador físicamente, pero al final del partido, todo el equipo se da ánimos", destaca Tsegaye, "si falla uno, el otro está detrás".

Aunque en Galicia no hay muchos equipos, el jugador encontró su camino de la mano del Pontevedra Rugby Club cuando tenía cinco años. "He ido avanzando con el club y con mis compañeros. Siempre destacaba y poco a poco me fui dando cuenta de que se me daba muy bien", apunta. Tras casi once años dominando el oval, Tsegaye reconoce que esta disciplina todavía le ilusiona: "Siempre intento fijarme en mis errores y analizar las cosas para poder jugar mejor".

"Me encanta el rugby. Me he planteado seguir jugando en el futuro, pero en la universidad, cuandfo curse una carrera"

La joven promesa combina su pasión con los estudios, entrenando dos días a la semana y sumándose los viernes al equipo sénior. "Siempre me dejan entrenar con ellos, pero no quiero estar en medio así que a veces estoy una hora más ejercitándome solo". Igual que a la preparación física, Tsegaye le da mucha importancia a la salud mental: "No puedes rendir a alto nivel si no eres capaz de controlar tus emociones".

Su mejor nivel le llevó en el año 2019 a ser un fijo en las convocatorias de la selección gallega sub-14. "Me emocionó bastante ir con la selección", reconoce, "conocía a mucha gente porque es un deporte muy familiar y en las convocatorias pude aprender de ellos. Lo tuve que dejar por el covid-19".

En ese mismo año, el deportista vivió el que es su mejor recuerdo. "Fuimos a competir a Irlanda y aprendimos muchísimo. Allí el rugby es muy importante", relata. De cara al futuro, Tsegaye tiene claro que quiere seguir creciendo en esta disciplina: "Me he planteado seguir jugando, pero en la universidad, cuando curse una carrera".

Pontevedra Rugby. Una suma de pasión y trabajo

La pasión de un grupo de familias de Pontevedra por el rugby dio lugar en el año 2009 a una iniciativa que, en la actualidad, es más que una realidad: el Pontevedra Rugby Club. El conjunto de la Boa Vila se fundó entonces, hace ya 13 años, y en la actualidad cuenta con alrededor de 150 fichas entre los jugadores y jugadoras que conforman todos los equipos del club.

Los padres y madres apasionados del rugby buscaban en 2009 un entorno agradable y profesional para sus hijos. De la ilusión nació una escuela que se define a sí misma como optimista y entusiasta.

En la actualidad, el Pontevedra Rugby Club es una referencia en las categorías inferiores, asiduo en competiciones de carácter autonómico y nacional. Desde su creación, el objetivo del club pontevedrés ha sido cuidar una base que ha permitido crear un equipo senior formado en su mayor parte por producto de la escuela lerezana.

CRECER EN FAMILIA. Desde su creación, el Pontevedra Rugby Club ha querido mantenerse fiel a sus raíces. Es por ello que a día de hoy, casi la totalidad del cuerpo técnico del PRC está compuesto por jugadores que compiten con las categorías superiores.

Además, el club ha apostado siempre por un ambiente familiar y cercano. Es por eso que muchos padres y madres dispuestos a aprender también forman parte de este equipo, formándose técnicamente y sirviendo de apoyo.