Una leyenda en Pontevedra

ENTRE EL 7 Y EL 10 DE JULIO de 1993 Pontevedra se convirtió en el centro neurálgico del baloncesto mundial con motivo del Xacobeo 93. Durante cuatro días, el Pabellón Municipal acogió a los referentes del banquillo nacional por aquel entonces: Pepe Laso -padre de Pablo Laso, actual entrenador del Real Madrid-, Aíto García Reneses y Clifford Luyk. Pero, lo que dotó a este evento de trascendencia internacional fue la visita de uno de los entrenadores americanos más laureados de todos los tiempos, Chuck Daly, técnico del legendario Dream Team estadounidense durante los Juegos Olímpicos de Barcelona y entrenador de los míticos Detroit Pistons conocidos como los Bad Boys, con los que ganó dos anillos de la NBA.

Testigos privilegiados del acto fueron los hermanos Fariña, Fernando y Gabriel (en la imagen central a la izquierda), que por aquel entonces eran jugadores del Estudiantes y pasaron las pruebas correspondientes para acudir como invitados al clínic. Recuerdan como si fuera ayer el primer día que vieron a Daly. «Antes de empezar, y a petición de Chuck Daly, lo primero que hicimos fue guardar un minuto de silencio en honor a Drazen Petrovic, que había fallecido un mes antes», recuerda Fernando.

Aíto y Laso

300 entrenadores procedentes para seguir las enseñanzas de Daly, Laso, Aíto, Luyk y el italiano Alberto Bucci. A pesar de que la gran atracción era el legendario entrenador estadounidense, con la perspectiva que da el tiempo, Gabriel Fariña admite que los mejores consejos los dieron Laso y Aíto: «Daly fue una decepción. Dio la sensación de que vino aquí a contar batallitas sobre estrellas como Jordan o Petrovic y a cobrar». «Se centró en la salida de los bloqueos, en la importancia de asignar roles a cada jugador y en la intensidad defensiva, signo distintivo de sus equipos», añade Fernando.

«Sin embargo, las lecciones prácticas de Aíto y Laso fueron impresionantes. Nos enseñaron conceptos básicos del movimiento sin balón, algo imprescindible en el baloncesto», recuerdan con admiración los hermanos Fariña 20 años después de que el Municipal acogiera a profesores de leyenda.

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