Si hay algo que hace distinguir a Galicia del resto de comunidades, son sus tradiciones. Y entre ellas, está la billarda.
Esto quedó patente en la tercera jornada de LNB Rías Baixas, convirtiéndose en la mas afluente de la temporada en lo que a público se refiere. Además suma cada vez más participantes en sus competiciones.
Este deporte une, desde hace varios años, a diferentes generaciones que quieren mantener este deporte en activo, transmitiéndolo a sus descendientes, Las buenas costumbres no deben perderse.
Así quedó patente el pasado sábado en La Seca, donde se agruparon un total de 85 participantesdistribuidos, hasta ahora en siete equipos, pero con un extra añadido en esta jornada, el APB, de A Larancha, que completa así un total de ocho. Todo estaba de cara, el buen tiempo, y un campo en el que todo competidor de billarda debe jugar: A Reiboá.
Allí había categorías para todos los gustos: infantil, femenina y absoluta. La tarde tuvo nombres propios: Piru, Bego Ríos y Ainhoa, quienes se alzaron con el primer puesto en sus respectivas categorías. En la victoria por equipos, fue Corredoiras de Bueu, el que se puso a la cabeza de la clasificación, distanciandose en diez puntos del segundo clasificado.
Destacable la participación femenina en esta jornada, con un total de 32 mujeres que quisieron aportar y recortar la distancia numérica con el resto de categorías.
La próxima jornada tendrá lugar en Meaño, y será la cuarta de un total de quince etapas que completan esta LNB Rías Baixas, que suma ya 8 temporadas.
De generación en generación
La billarda es el claro ejemplo de los deportes que perduran en el tiempo. En los últimos años ha crecido de manera progresiva el número de participantes que cada quince días acuden a las jornadas ligueras que les enfrentan.
Desde sus comienzos en 2011, el crecimiento de la billarda ha sido especialmente notorio en las categorías infantil y femenina. Un deporte que se transmite a lo largo de las generaciones, algo que se refleja en la cantidad de menores participantes cada fin de semana, en concreto, este fin último, con un total de 13 niños de entre 7 y 14 años.
Un claro ejemplo de que el deporte crece, y las costumbres no mueren.
