Unos trillizos de podio

Siete minutos de diferencia separan a Sergio, Felipe y Salma, quienes hoy aspiran a lo más alto del deporte pontevedrés. Ella, campeona gallega en la categoría alevín de fútbol sala; ellos, compiten por el primer puesto nacional en gimnasia rítmica
De izquierda a derecha, Salma, Sergio y Felipe. GONZALO GARCÍA - Trillizos de Marín
photo_camera De izquierda a derecha, Salma, Sergio y Felipe. GONZALO GARCÍA

CAMINAN POR las calles de Marín y sus vecinos les saludan. Ellos responden sonrientes, como si ya se hubiesen acostumbrado. Se llaman Sergio, Felipe y Salma Meijueiro y estos trillizos de 11 años tienen intención de dar mucho de que hablar. El deporte corre por sus venas, aunque de formas muy distintas. Ellos, activos y revoltosos, están en lo más alto de la gimnasia rítmica. Ella, más tranquila y discreta, comienza a ser muy habitual en la selección gallega alevín de fútbol sala.

Salma es campeona gallega de fútbol sala alevín, sus hermanos, Sergio y Felipe pelean por el título en el Nacional

Llegan con los nervios en el cuerpo, no acostumbran a mostrarse a los medios. Sin embargo, la vergüenza les dura apenas dos minutos, lo que tardan en tener en sus manos sus aparatos deportivos, con los que ellos se sienten completos. Salma no suelta su balón de fútbol y lo mira constantemente. Sergio y Felipe comienzan a lanzar su material de gimnasia rítmica. Se peinan y se miran al espejo. Ya están listos.

De izquierda a derecha, Sergio, Salma y Felipe. GONZALO GARCÍA - Trillizos de MarínSergio es el mayor de todos. Llegó al mundo dos minutos antes que su hermano Felipe. Cinco minutos después llegó Salma, quien a pesar de ser la más pequeña, es la más responsable y formal. El fútbol sala es su pasión desde hace nueve años. Recuerda que lo comenzó a practicar por su padre, que practicaba fútbol. Nunca pensó que llegaría a superar metas. Pertenece al ED Marín, donde se entrena a fondo para preparar sus objetivos. Con la selección de pontevedra viene de proclamarse campeona gallega de selecciones comarcales en la que asegura que fue "una experiencia increíble". Quiere ser partícipe de los logros de la selección española defendiendo la camiseta de Galicia y no piensa parar hasta conseguirlo. No comparte afición con sus hermanos, a quienes, entre risas, reconoce que no va a verles a las competiciones porque "se aburre". Es la que pone calma cuando sus hermanos discuten en casa, casi siempre, por temas deportivos. "Yo estoy un poco más apartada, porque ellos comparten afición y yo me mantengo al margen".

Mientras Salma habla, sus hermanos no dejan de moverse. Se levantan cada día con sus aparatos de gimnasia en la mano, y no los sueltan hasta por la noche. El parque Eguren es el escenario de todas sus acrobacias en las tardes de verano. "Un día, estábamos haciendo gimnasia rítmica detrás de la iglesia, y el cura salió para pedirnos hacer un baile para el día de la patrona. Fue una experiencia super bonita" recuerda Felipe.

Felipe y Sergio son rivales, hermanos, compañeros y amigos, y reconocen que se entienden a la perfección

Él lo tuvo claro desde el principio cuando tuvo que elegir deporte. Recuerda que fue una Navidad, cuando un video de Papá Noel les recomendó practicar alguna actividad. Felipe hizo caso y comenzó a desarrollar con destreza la que hoy es su mayor pasión. "Desde entonces no he parado y me encanta", resalta. Es el más atrevido de los tres. Tiene un desparpajo impropio para su edad, quizá por eso, aspira alto. Ahora es subcampeón gallego y sexto en el ranking general del Campeonato de España del pasado año y tercero en mazas, donde se retó con 15 niños de su categoría. Pertenece al Club Treboada, de Pontevedra, y desde hace un año y medio compite con su mayor rival y a su vez mejor amigo: su hermano Sergio, el mayor de la saga Meijueiro que llegó al deporte rítmico hace apenas un año y medio. Se apuntó por Felipe. Ahora es campeón de España. "En solo tres meses me federaron porque los entrenadores me decía que tenía muchas condiciones", dice risueño. Relata que es inevitable la rivalidad en las competiciones, pero una vez en casa, comparten aventuras, aunque "siempre hay algún pique".

Felipe y Sergio son rivales, hermanos, compañeros y amigos, y reconocen que se entienden a la perfección. En sus ratos libres recuerdan a menudo esa hazaña del torneo nacional que les marcó para siempre. "Fue increíble estar allí, con más de 100 deportistas y poder compartirlo. Eso si, nos gustaría que nos dejasen aspirar a más, porque tenemos un límite por ser chicos". Felipe se muestra reivindicativo, a pesar de que asegura que "aún así, siempre nos respetaron un montón y nos trataron como a nuestras compañeras". Una saga de campeones que acaba de iniciar su camino hacia el éxito.

Reivindicativos. Juntos a por sus sueños
En su día a día luchan por cumplir sus sueños, pero no lo hacen de la misma manera. Salma se ejercita desde la comodidad de saber que su deporte no tiene techo, sin embargo, se reivindica en la lucha de sus hermanos por abrirse un hueco en un deporte que tiene límites por su género. "Yo lo tengo más fácil y puedo competir hasta que quiera, ellos sólo pueden llegar al Campeonato de España, y ahí esta su techo".

Felipe asiente con la cabeza cuando su hermana trata de mostrar los frenos con los que se encuentra. "Queremos que nos dejen disfrutar de este deporte sin tener en cuenta si somos chicos o chicas, porque nuestras compañeras pueden aspirar a torneos internacionales, como el Campeonato Europeo y nosotros no". Con estas palabras se hace fuerte el joven gimnasta.

Estos trillizos se unen para alzar la voz cuando se trata de cumplir sus sueños.

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