El verano fantástico de Miguel Román

El mediocentro se estrenó con el primer equipo ante el Móstoles tan solo un par de meses después de incorporarse para el filial
undefined
photo_camera Miguel Román persigue a Diego Villares en el partido de pretemporada ante el Dépor. DXT CAMPEÓN

Cuando el pasado 30 de mayo Miguel Román acabó su etapa juvenil con el Choco, ni en el mejor de sus sueños hubiese aparecido la posibilidad de debutar cuatro meses después en Segunda RFEF de la mano del Pontevedra. Sin embargo, la llegada de Toni Otero a la entidad granate como director deportivo, la apuesta valiente del cuerpo técnico y el nivel del joven de todavía 18 años han hecho que en escasas semanas, el centrocampista de Gondomar haya pasado de tener un futuro incierto en su primer año como sénior a convertirse en un jugador que entrará en la rotación de Ángel Rodríguez a poco que mantenga sus actuaciones.

"En principio me iba a quedar en el Choco en Tercera porque estaba muy cómodo. Pero cuando me llamó Toni, pensé que esa oportunidad no podía desaprovecharla porque Segunda RFEF no es ninguna tontería. Aunque iba a jugar con el filial, sabía que iba a luchar por estar arriba. Poco a poco me fueron pasando cosas buenas. Trabajé, me lo gané y hasta debutar el otro día", comenta.

Cuando me llamó Toni, tenía que aprovechar la oportunidad. Aunque llegase para el filial, iba a pelear por estar arriba

Román, todavía en una nube por competir al lado de jugadores como Charles, a quien le dio relevo en los últimos minutos del partido ante el Móstoles URJC: "El primer día que llego al vestuario y veo a Charles, a Rufo, a Romay, a Brais... digo: "¿pero qué hago yo con esta gente? Dios mío, que los conoce todo el mundo por su calidad". Ahí ya me lo empecé a creer y dije "pues igual sí que puedo estar en una liga así"".

Poco a poco, y en parte gracias a la escasa densidad de jugadores en su posición, Román empezó a acumular minutos en pretemporada. Precisamente la calidad de esas intervenciones sirvió para que fuese sumando más. Fue una retroalimentación que acabó transformándolo en el futbolista con más volumen de participación en el verano. "Jugué contra el Alondras e hice un buen partido. Al día siguiente contra el Racing de Ferrol en Pasarón y también jugué bien. Todo el mundo me dio la enhorabuena y quieras que no, te lo crees. Piensas que igual sí que puedes estar arriba, no para ser titular indiscutible, pero sí luchar y trabajar para tener minutos", comenta el gondomareño, que recibió la noticia de que subiría al primer equipo apenas una semana antes del cierre de mercado: "Toni me preguntó qué tal me encontraba en el equipo y después me dijo que me iban a hacer ficha con la primera plantilla. Lo primero que me salió fue una sonrisa en la cara".

NERVIOS. Tras esta noticia, llegó el primer partido en casa, en el que tan solo calentó. Pero una semana después, en el primer desplazamiento a Móstoles, fue el quinto cambio. "Cuando el míster me dice que caliente, más que nervios te viene la ilusión. Cuando me llamó para entrar en los últimos diez minutos sí que se me subieron un poco los nervios. Pero una vez pisé el césped se me fueron. Ahí te concentras en el juego y ya está".

Entonces, casi en su primer balón, Miguel tuvo la oportunidad de firmar un debut más que redondo. Pero falló el chut decisivo: "Debutar en Segunda RFEF me va a quedar para toda la vida. Pero fue agridulce. Entré y en la primera jugada que tengo, fallo esa ocasión clarísima y después nos empatan con un gol rocambolesco. En la vuelta en el bus estuve pensando en la jugada una y otra vez. Me decía a mí mismo: "¿cómo golpeé tan mal el balón?". Pasamos del 1-3 y sentenciar al 2-2. Es que esa ocasión la puede marcar cualquiera. Es una oportunidad clara de gol delante del portero y hay que meterla sí o sí. Pero bueno, ya me comentaron que todo el mundo falla, hasta Cristiano. No pasa nada. Somos un equipo y no se le puede dar mucha importancia".

Fue un debut agridulce porque en la primera jugada fallo esa ocasión clarísima y después nos empatan. Le di muchas vueltas

Pese a ello, ese disparo defectuoso le sigue doliendo a Miguel, ya que aunque es mediocentro, llega de firmar buenas cifras en la División de Honor Juvenil con el Choco. "Yo puedo jugar de interior, donde Romay. Pero soy mediocentro defensivo y ahí jugué el año pasado. Lo que pasa es que el Choco podía llegar algo más. Jugaba más suelto y además tiraba las faltas y los penaltis. Por eso duele más, porque soy consciente de que tengo buen golpeo", se lamenta el mediocampista, que quiere seguir soñando despierto y afianzarse en el primer equipo para poder celebrar un ascenso a final de temporada: "Si me preguntas sobre eso solo tienes que escribir una cosa: "ojalá". Somos un gran equipo y ese es el único y claro objetivo".

Yo puedo jugar de interior, pero soy mediocentro defensivo. Marqué goles porque llegaba y tiraba faltas y penaltis

Poca gravedad
Samu Araújo sufre una sobrecarga
Las pruebas realizadas a Samu Araújo en la tarde del pasado lunes revelaron lo que ya preveían los servicios médicos del club: que el jugador no sufre una lesión grave tras solicitar el cambio ante el Móstoles URJC por molestias musculares.

El lateral izquierdo padece una sobrecarga muscular en el aductor y las pruebas "descartan alteraciones musculares estructurales definitivas y presencia de hematomas". Es decir, que el vigués no padece una rotura de fibras.

De este modo, el jugador seguirá un tratamiento médico de rehabilitación y en función de su evolución se incorporará a los entrenamientos con normalidad. A día de hoy, Araújo es seria duda para el partido del domingo ante el Leganés B.

Comentarios