Abanca cerró 2022 con un beneficio neto recurrente de 217 millones de euros, lo que supone un incremento del 40,7% con respecto a las ganancias que generó la actividad puramente bancaria en el ejercicio anterior. Teniendo en cuenta el impacto contable que las integraciones de Bankoa y Novo Banco tuvieron en 2021, el resultado se redujo un 32%.
La entidad, que prevé cerrar la compra de Targobank a Crédit Mutuel en el segundo semestre, pone en valor la “alta calidad” de los beneficios, dado que en un 94% provienen de negocios bancarios con los clientes, frente al 89% de 2021. Con estos mimbres y un exceso de capital (CET1) de 1.414 millones sobre las exigencias del BCE, el presidente, Juan Carlos Escotet, anunció este viernes un cambio en la política de dividendo para seguir creciendo de forma orgánica y con nuevas adquisiciones. Así las cosas, este año Abanca rebajará el pay out –el porcentaje de beneficio que reparte entre sus accionistas—del 40 al 25% para “fortalecer” la capacidad para “afrontar operaciones de alto valor”. Tras protagonizar siete adquisiciones desde 2014, Escotet considera que la estrategia de crecimiento ha demostrado “ser una clave ganadora”.
“Seguimos evaluando cualquier oportunidad que se presente. No tenemos nada en el radar en el corto plazo, pero sí creemos que en el mediano plazo surgirán oportunidades y trataremos de aprovecharlas, de ahí la disminución del ‘pay out’”, remarcó el presidente y principal accionista (84,75%). En un contexto en el que la subida de los tipos de interés actúa como viento de cola para el sector al mejorar su rentabilidad, el banquero refrendó el “mayor atractivo” de las absorciones de entidades mayor escala por su capacidad para generar resultados. “Si surge alguna oportunidad entre escoger entre una pequeña y una mediana, se dará preferencia a la mediana”, señaló.
Entre los focos de interés, Portugal, donde en 2019 integró el negocio minorista de Deutsche Bank. “Sigue siendo un mercado estratégico y tenemos claramente apetito por seguir creciendo en Portugal, pero no podemos afirmar que tengamos ninguna operación en cartera”, indicó el ejecutivo, que señaló que la economía lusa “va muy bien”, adelantando incluso a España en las proyecciones de crecimiento. En el país vecino, la actividad hipotecaria de Abanca creció un 97,1% en el último año, hasta los 264 millones, y la financiación a largo plazo a empresas, un 12,9%.
LOS PRINCIPALES MÁRGENES CRECIERON
El encargado de desglosar la cuenta de resultados en la rueda de prensa celebrada en Santiago, a la que también asistió el director general, Alberto de Francisco Guisasola, fue el consejero delegado, Francisco Botas. Destacó que e Abanca “cumple anticipadamente el plan estratégico” y orienta su hoja de ruta a la transición y el apoyo a los clientes para cumplir los objetivos de sostenibilidad en 2030.
El buen comportamiento del negocio bancario en 2022 se refleja en el crecimiento de los principales márgenes. Así, por ejemplo, el margen básico –que suma el margen de intereses y las comisiones ingresadas— avanzó un 12,9%, hasta los 1.051,5 millones. Influyó, entre otros factores, el dinamismo en la comercialización de seguros (+11%).
110.000 ALTAS DE CLIENTES
Contando la integración de Targobank, el volumen de negocio supera los 111.000 millones tras un 2022 en el que el banco contabilizó más de 110.000 altas de clientes, especialmente fuera de Galicia. La cartera de crédito en situación normal (sin contar Targobank) asciende a 45.024 millones (-1,2%) y ha mejorado su rentabilidad en un escenario de subida de tipos. Creció tanto la formalización de hipotecas, como de créditos al consumo y de préstamos a pymes y autónomos. En cuanto al ahorro gestionado, cerró 2022 en 61.256 millones (-2,3%), de los cuales 48.906 millones son depósitos de clientes y otros 12.350 se corresponden al negocio fuera de balance, esto es, fondos de inversiones y de pensiones y seguros, un negocio, este último, que crece con la comercialización de pólizas propias.
Fruto de factores como los costes asociados a la incorporación de Novo Banco y el lanzamiento de nuevos proyectos y de una campaña de marketing de alcance estatal, los gastos de explotación crecieron un 6,3%, con menos intensidad que los ingresos.
MOROSIDAD POR DEBAJO DE LA MEDIA DEL SECTOR
Respecto a la calidad de sus activos, el banco, que se posiciona como “uno de los más saneados del sistema financiero español”, redujo en una décima la tasa de morosidad, hasta el 2%, un punto por debajo de la media del sector, con 942 millones de euros de créditos de dudoso cobro (-5,4%). La cobertura de estos activos alcanza el 83,2% y la ratio Texas –que pone en relación los activos problemáticos con la suma del capital contable y las provisiones—alcanza el 25,4%. De los 3.473 millones inyectados a través de líneas de crédito Ico –impulsadas durante la pandemia--, el banco apunta que el 3% están en situación de dudoso cobro.
Con una ratio de capital total del 16,4%, la holgura de liquidez permitió a Abanca devolver al BCE 1.746 millones de la financiación TLTRO en diciembre y amortizar de forma anticipada otros 1.000 millones este mes.
OBJETIVO: MÁS RELEVANCIA EN EL MERCADO IBÉRICO
En la hoja de ruta del banco para los próximos años está “incrementar la relevancia” en el mercado bancario ibérico, mantener la “buena calidad” de sus activos y alcanzar una rentabilidad superior al 12%, además de mantener la ratio de capital CET1 en torno al 13%, desde el 12,5% de 2022. Todo ello con el compromiso de inyectar hasta 2027 del orden de 45 millones de euros a Afundación, que canaliza la obra social. En términos de sostenibilidad, Abanca se compromete a dejar de financiar el carbón en 2030.
En Galicia, Abanca presta servicio en el 95,8% de los concellos –en el 56% de ellos es la única entidad— y cubre al 99,4% de la población tras haber sellado un convenio con la Xunta para instalar cajeros en zonas del rural sin sucursal.
