Amancio Ortega da 40 millones para vivienda, alimentos y asistencia a mayores

Financiará programas de Cáritas Española, Federación Española de Bancos Alimentos y de Cruz Roja
Amancio Ortega. CABALAR (EFE)
photo_camera Amancio Ortega. CABALAR (EFE)

La Fundación Amancio Ortega ha aportado un total de 40 millones de euros para financiar programas de Cáritas Española, de la Federación Española de Bancos de Alimentos y de Cruz Roja dirigidos, respectivamente, a facilitar el acceso a la vivienda a familias vulnerables, a aumentar la ayuda alimentaria básica y a paliar la soledad en los mayores mediante el uso de asistentes de voz.

Junto a Cáritas, la Fundación del dueño de Inditex ha puesto en marcha la iniciativa Una vivienda, un hogar, dirigida a paliar los problemas de exclusión social provocados por el acceso a la vivienda de las familias más vulnerables.

En el marco de este acuerdo, que tendrá una vigencia de 24 meses, la Fundación aportará 15 millones de euros que permitirán mejorar la situación de unas 15.000 personas, especialmente afectadas por las dificultades de acceso a la vivienda.

La vivienda

En los últimos años, las dificultades de acceso al derecho a la vivienda se han convertido, después de la falta de empleo, en el segundo factor que mayor exclusión social provoca entre la población atendida por Cáritas, según expone esta organización en una nota de prensa.

En el último año, la Confederación Cáritas en España invirtió un total 12,6 millones de euros en ayudas a la vivienda, que beneficiaron a más de 10.000 personas.

En este contexto, apunta Cáritas, la financiación de la Fundación Amancio Ortega permitirá dar respuesta a las dificultades a las que se enfrentan las familias más vulnerables en el marco del acceso a la vivienda: la realización de mejoras en las condiciones de habitabilidad de los hogares, optimizar la eficiencia energética y asumir el pago puntual de alquileres y suministros.

Ayuda alimentaria básica

Las cantidades destinadas a la Federación Española de Bancos de Alimentos tienen como objetivo renovar los equipos de distribución y almacenamiento, así como adquirir vehículos para el transporte con motores híbridos.

Esta medida, según la entidad, prevé aumentar el número de personas beneficiarias de la ayuda alimentaria básica.

Dispositivos de voz

La Fundación Amancio Ortega también ha prestado su colaboración a Cruz Roja con la aportación de otros 15 millones de euros para que 26.000 personas mayores de toda España puedan disponer de dispositivos de voz que incorporan aplicaciones específicas para favorecer su autonomía y evitar situaciones de soledad.

Gracias a la colaboración con la Fundación Amancio Ortega se podrá ampliar a todo el territorio nacional un innovador programa que aúna tecnología humanitaria y voluntariado.

El proyecto incluye la instalación de los dispositivos y, si fuese necesario, la conexión online de los hogares. Además, la red de voluntariado de Cruz Roja tiene un papel clave, de acompañamiento y formación a las personas mayores.

El programa, de tres años de duración tiene un presupuesto de alrededor de 15 millones de euros, que asume íntegramente la Fundación Amancio Ortega.

La soledad no deseada y el aislamiento social de las personas mayores, un colectivo que mayoritariamente sufre la ‘brecha digital’, va camino de convertirse en un problema creciente de la sociedad española, por su evolución demográfica.

Según las proyecciones del INE, en 2050 los mayores de 65 años serán el 31,4 % de la población, frente al 19,6 % actual.

Dada la situación, y con el contexto del mayor aislamiento que provocó la pandemia, Cruz Roja puso en marcha este programa piloto, entre agosto del 2020 y marzo del 2021, sobre el uso de asistentes de voz en personas mayores, para funciones como el contacto con sus familiares, el ejercicio físico o la propia relación con el voluntariado de la organización humanitaria.

Este estudio demostró una mejora sustancial en la autonomía de las personas mayores atendidas. Además mitigó el impacto del deterioro físico, la soledad y el aislamiento que sufren, se aumentó su socialización y se redujo la sobrecarga de trabajo de sus posibles cuidadores.

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