La crisis de las materias primas golpea Pontevedra

El encarecimiento de materiales generado por la pandemia eleva el coste de producción en numerosas empresas de la comarca ▶El acero ha subido un 105%, el aluminio un 81% y el cemento un 75%
Dos obreros en un edificio en construcción. JAVIER CERVERA-MERCADILLO
photo_camera Dos obreros en un edificio en construcción. JAVIER CERVERA-MERCADILLO

La industria pontevedresa encara el último trimestre del año inmersa en la "incertidumbre", sin poder adivinar cómo evolucionarán los precios de los materiales con los que trabaja y sin ni siquiera tener la garantía de que los provedores llegarán a tiempo. Lo único irrefutable es que el boom de las materias primas ya no es un vaticinio, sino un hecho que, junto a la crisis del transporte de mercancías y el tarifazo eléctrico, ha disparado el coste de producción en innumerables empresas de la comarca. En todas ellas el simple hecho de hacer un presupuesto se ha convertido en un ejercicio de riesgo. Y en todas ellas las tarifas han tenido que ser corregidas al alza. La era poscovid es más cara.

La explicación a este fenómeno es multifactorial, pero la pandemia ha sido el principal detonante. Las medidas de prevención obligaron a detener máquinas y cuando ha llegado del momento de reiniciarlas los grandes operadores se han topado con una recuperación más fuerte de la prevista y con una sobredemanda abrupta que, entre otras cosas, ha encarecido y retrasado el suministro de todo tipo de materiales, tanto primarios como manipulados.


La subida lastra "el buen momento" de la construcción

El sector de la construcción es uno de los grandes damnificados. El gerente de la Asociación de Constructores de Pontevedra, Javier Carballeda, asegura que "el aumento del precio de los materiales registrado en el último año y medio ha sido desorbitado". Desde abril de 2020 a agosto de 2021, la organización empresarial ha visto que "el acero ha subido un 105%, el aluminio un 81%, el cobre un 77%, el cemento un 75%, la madera un 50% y el petróleo hasta un 190%". Esto, sumado al encarecimiento del transporte marítimo y a la falta de personal cualificado, empaña "el buen momento" que vive la construcción, cuya patronal ha tenido que asumir la escalada de precios recortando beneficios y que augura que "a corto plazo estos incrementos seguirán existiendo".


La oferta de los proveedores no dura "ni 24 horas"

Arturo Ramírez, presidente de Construcciones Ramírez, indica que la inflación de los precios es una realidad palpable desde hace varios años, pero precisa que desde "el primer trimestre de este año se ha producido una subida alarmante en determinados materiales" como metales, maderas y plásticos que, obviamente, elevan el precio final de la obra. "El incremento mínimo es del 15%, pero puede llegar al 30%, 40% o 50% en función de las características de cada proyecto", advierte a este medio.

Los proveedores de materiales han pasado de conservar sus tarifas "a un año vista" a "no mantener la oferta ni 24 horas", lo que dificulta la elaboración de presupuestos. Más aún, en el caso de las obras, que desde que son planteadas en plano hasta que son finalizadas pueden transcurrir varios años. Además, Ramírez incide en que actualmente la entrega de materiales está sufriendo importantes retrasos, lo que también repercute en los plazos de entrega y los costes. "Con lo cual, estamos en un momento de recuperación, con licitación de obra pública y privada, pero dentro de un entorno muy agresivo y con una gran incertidumbre", concluye el empresario.


"Un gran problema" para las operaciones cerradas

La empresa Nodosafer, dedicada a la fabricación de maquinaria para transformar piedra natural, está viviendo de cerca la ascensión de los importes en materiales básicos para su funcionamiento. Su director, José Manuel Guitián, ratifica que el precio del acero "se ha duplicado o incluso más" en el último año y que esto ha elevado el coste de producción de las máquinas que fabrican para elaborar granito, cuyo peso llega a rondar las 70 toneladas. "Teníamos muchas operaciones cerradas con los precios que había antes y esta gran subida significó un gran problema, porque no podemos cambiar las tarifas de un día para otro (...). No hablamos de pérdidas, pero sí tuvimos que ajustar otros parámetros, mejorando la producción, los métodos o incluso modificando algún diseño para optimizar resultados", responde a preguntas de este medio.

Aparte del acero, ha subido el precio de "motores, variadores de velocidad y muchas otras piezas", y al mismo tiempo la crisis del transporte ha hecho que los proveedores dilaten los plazos de entrega de distintos materiales. "Antes cualquier repuesto de una máquina te llegaba de inmediato, pero ahora tardan meses, incluso piezas estándar, lo que afecta al plazo de entrega". Por todo ello, la compañía, ubicada en Pontevedra y perteneciente al Grupo Nodosa, se ha visto abocada a ampliar stock y a cambiar las tarifas. "Ahora trabajamos con otros precios", concluye su director.


La inflación de la energía, una amenaza igual de importante

La fábrica de vidrio Pontevedresa Group, situada en el Polígono de A Reigosa, también ha sido testigo de la progresión vertiginosa de los precios del float (vidrio primario), cuya fabricación en Europa está centralizada en cuatro únicas factorías.

Iago Barbeito, director de Marketing de Pontevedresa Group, afirma que el coste de esta materia prima "se ha disparado un 50%" en los últimos meses y que a esto se suma la inflación de la energía, la cual representa una amenaza casi igual de importante para su sector. La factoría consume "dos megavatios por hora" y el propio precio del float está "muy ligado" al coste del gas, también en alza, "ya que las grandes calderas donde se funden los minerales" se alimentan con este hidrocarburo.

En todo caso, Barbeito asegura que la empresa está en situación estable y está "garantizando el total suministro" a sus clientes.


Los proveedores llegan a facilitar "rangos de precios"

La fábrica de ropa Mino Mora, localizada en Poio, es otra de las que ha presenciado "un importante encarecimiento de los materiales" con los que trabaja, "desde la lana a los acrílicos". Responsables de la firma aseveran que en el último ejercicio "hay escasez" de estos productos y que "todos los proveedores han subido y siguen subiendo los precios". "Algunos incluso te dan un rango de precios porque no saben el coste que va a tener en el mercado en el momento de servir". El crecimiento de las tarifas oscila del 10% al 20% y, aunque la empresa no ha sufrido rotura de stocks, sí ha visto cómo se retrasan pedidos "de 15 días a un mes".


La crisis de los microchips paraliza la producción

Por su parte, la fábrica de componentes para el automóvil Trèves, ubicada en el polígono de O Campiño, sufre de lleno la crisis de los microchips, cuyo desabastecimiento mundial ha llevado a varios de sus clientes a paralizar la producción de forma periódica.

La situación ha arrastrado de nuevo a los 150 trabajadores de la facotría pontevedresa al Erte, aunque con la (importante) salvedad de que la cartera de contratantes se ha ampliado "y ya no trabajamos solo para Citröen", señala el presidente del comité de empresa, David Couñago. Opel y Volkswagen se han sumado a la lista, de modo que, "si no fuera por los microchips", la fábrica estaría "a pleno rendimiento".

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