Muchas veces se identifica vending con bebidas enlatadas, cafés de aguachirle y comida industrial. Pero Delikia presume de ofrecer productos artesanos de elaboración propia.
Así es. Apostamos por un vending totalmente disruptivo frente a lo propuesto por la competencia. Prueba de ello es que en Delikia fuimos los primeros en ofrecer un café de especialidad, 100% arábica, yendo a origen hace más de 10 años de la mano de Víctor Robelo, un productor nicaragüense que ahora es parte de la familia Delikia, e incorporamos al vigués Marcos González, bicampeón de España de baristas. Controlamos todo el proceso hasta el tueste y la elaboración de las recetas. También contamos con un obrador en Vigo para producir los bocadillos con pan del día y otro en Madrid, que nos permite ofrecer ensaladas o sándwiches. Hemos conseguido crear ese modelo donde la calidad es nuestro valor, dando a las empresas una opción saludable y artesana para sus trabajadores.
¿Cuándo nació Delikia?
La fundaron hace más de 33 años tres socios vigueses que siguen siendo actualmente los dueños. La delegación principal sigue estando en Vigo, aunque no en la ubicación original, que se quedó pequeña allá por el 2006.
¿Cuál es el secreto para posicionarse como primer operador nacional de capital privado en un sector tan reñido como el del vending?
El éxito de Delikia ha sido cambiar la visión que se tenía sobre el sector del vending. Y esto ha sido posible gracias al buen hacer de sus socios, que nunca han dejado de lado la filosofía de empresa familiar y siempre han apostado por proveedores y alianzas a largo plazo y por productos de cercanía y calidad, adaptándose a las necesidades de sus clientes. El gran salto de crecimiento se dio cuando Delikia se estableció en Madrid y consiguió el concurso para dar buena alimentación en el aeropuerto de Barajas. En la actualidad tenemos cobertura en todo el territorio nacional con medios propios y atendemos a importantes clientes del sector sanitario, logístico...
¿Se centran entonces en oficinas, hospitales y aeropuertos?
Sí, aunque hemos ido abandonando el servicio en aeropuertos para centrarnos en el sector sanitario, en el que somos líderes con más de 2.100 máquinas. También tenemos expansión en el logístico e industrial, y muy buenos clientes en entorno de oficinas, centros comerciales o deportivos. Tenemos más de 1.450 clientes repartidos por todo el territorio nacional.
¿Y en las calles? Cada vez más locales vacíos se abren para albergar espacios de vending.
Precisamente, priorizamos el vending en espacios cerrados y evitamos los córneres 24 horas, ya que estos cuentan con un índice mucho más elevado de vandalismo y un menor cuidado por el producto de calidad. También consideramos que este tipo de córneres puede generar más rechazo frente al consumidor, entendiendo que el cuidado de una máquina en exteriores, siendo alimentación lo que se vende en ella, puede ser algo delicado. Podría ser algo parecido a imaginarnos una nevera de casa en la calle.
La estrella de las máquinas, sobre todo de las ubicadas en centros de trabajo, siempre ha sido el café. ¿Qué porcentaje representa en las ventas de Delikia?
Un 50%. Y es, ante todo, una de nuestras principales apuestas. Como decía, hemos ido a origen, con café de especialidad y 100% arábico. Y esto nos ha servido, con el trabajo de muchos años, para ganarnos el posicionamiento en la mente de los consumidores de tener un buen café. No solo es la mitad de nuestras ventas, sino que, además, también es lo que toman nuestros clientes todos los días, por lo que para nosotros conseguir el mejor café y elaborar las mejores recetas es una máxima. Tanto es así que hace tres años, en plena pandemia, nuestros clientes querían comprar nuestro café también para degustar en sus casas, por lo que creamos Root Café, nuestra división de innovación de café, que incluye tienda online y todo lo que sean servicios con cafeteras de sobremesa para clientes grandes o pequeños. Está capitaneada por nuestro barista Marcos González y a día de hoy ofrece diez tipos de café diferentes, entre los que se encuentra el que hemos llamado el blend de Rober, un café tostado y elaborado por otro de nuestros baristas, Roberto Roque Pereira, un chico con Síndrome de Down que trabaja mano a mano con Marcos y su equipo cada día.
"En Delikia evitamos las expendedoras en las calles, apostamos por el vending en sitios cerrados como símbolo de calidad"
Hoy en día hay máquinas de vending que preparan pizzas o bocadillos calientes. ¿Cuál es la máquina más avanzada que tiene Delikia?
Solemos dar más importancia al producto que va dentro que a la propia máquina, ya que poco difieren las unas de las otras. En nuestro caso nos hemos centrado casi exclusivamente en conceptos de alimentación y abanderamos servicios novedosos de máquina como los coffee clubs, que son córneres de café con leche líquida. Otro concepto novedoso son nuestros micromarkets, que son unas vitrinas donde el consumidor puede, tras identificarse, abrir la máquina, comparar y coger los productos que quiera comprar y llevárselos simplemente pasándolos por un lector de código de barras. En este último concepto encajan todo tipo de productos, como comidas preelaboradas.
¿Cómo es posible identificarse?
A través de Tag Delikia, que es un soporte estilo llavero que permite la identificación automática del usuario por radiofrecuencia, o con nuestra app. Además de la identificación, funcionan a modo de monedero para poder pagar sin necesidad de efectivo.
¿Se paga más con estos métodos o sigue predominando el cash?
Este año, el pago digital está superando por primera vez al efectivo, con un 53% de los pagos totales, tras un ascenso del 3% respecto a 2022, cuando ambas modalidades estaban al cincuenta-cincuenta. Este año, desgranando por métodos de cobro, el 43% han sido con Genius o app y el 10% con tarjeta, frente a un 47% en metálico.
¿Qué cifras de facturación tienen?
Tengo que resaltar que somos la única compañía del sector que ha logrado volver a números del 2019 tras la pandemia. Cerraremos 2023 con en torno a 12.000 máquinas instaladas por toda España, incluidas las islas, y una facturación de 52 millones de euros, lo que representa un incremento del 17% con respecto a 2022.
¿Cuántas personas conforman el equipo de Delikia?
Somos cerca de 380 empleados.
¿Y cuántas están en Galicia?
Del orden de 140, repartidas en cinco delegaciones.
¿Qué perfiles profesionales son los que más buscan?
El 85% de los perfiles que buscamos son operativos, principalmente gestores de ruta y técnicos. El 15% restante serían perfiles de administración o comercial.
¿Están teniendo dificultades para encontrar trabajadores habida cuenta del actual escenario laboral de falta de mano de obra?
La dificultad más patente está en esos perfiles operativos, siendo las zonas con mayor dificultad de contratación País Vasco y Cataluña.
Con 2023 tocando a su fin, ¿qué balance hace de este año?
Echando la vista atrás, vivimos una época dura durante la pandemia, pero esta situación nos ha servido para sacar lo mejor de nosotros mismos y, con una gestión excepcional por parte de todo el equipo de Delikia, en menos de dos años hemos vuelto a números del 2019. Eso es algo que no ha conseguido nadie en el sector y de lo que estamos muy orgullosos.
¿Y qué retos se ponen para 2024?
Nuestro mayor reto es aprovechar la digitalización y la inteligencia artificial para ofrecer un servicio personalizado a los usuarios que interactúan con nuestras máquinas 80 millones de veces al año, esperando que en 2024 superen los 86 millones. Para ello, ofrecemos nuestra app y Genius, que es el cerebro de nuestras máquinas y nos permite saber lo que está ocurriendo en todo momento, posibilitando operaciones a distancia, como por ejemplo bloquear un canal de venta en el caso de una alerta alimentaria. En lo que va de año, hemos registrado cerca de 7 millones de operaciones con este nuevo sistema, al que hemos dedicado una fuerte inversión. Además, para final de este año lanzaremos un concepto muy especial de la mano de Central Lechera Asturiana que atiende a las peticiones que nos realizan en muchas ocasiones los clientes y que pronto podrá verse en nuestras máquinas.