Veinticinco empresas biotecnológicas socias de Bioga (Clúster Tecnolóxico Empresarial das Ciencias da Vida de Galicia) conocieron este miércoles las oportunidades que ofrece el micromecenazgo para obtener financiación de la mano del director de Capital Cell, Daniel Oliver. En una conferencia en Santiago, el también presidente de la Asociación Española de Crowdfunding aconsejó a las compañías del ramo que precisen en torno a 150.000 euros para impulsar sus proyectos recurrir a este instrumento que, dijo, "va con el espíritu de las empresas biotech gallegas, que se mueven en un ecosistema todavía pequeño pero muy activo, innovador y dinámico”.
Y es que, aunque se trata de un sistema de financiación nuevo en el sector de las ciencias de la vida, "avanza a un ritmo anual del 400% porque ayuda a financiar empresas en una fase en la que es difícil conseguir capital”. Según resumió este experto, “el crowdfunding es una tecnología que permite poner un proyecto de inversión a la vista y a disposición de mucha gente para que ésta pueda invertir en él con facilidad”. Es decir, permite “acceder al capital de una empresa y ser accionista”. Eso sí, hay que “pasar por el Registro y por la Notaría”, porque normalmente el proceso de entrada de nuevos inversores se afronta a través de una ampliación de capital.
“Se emiten acciones que representan un porcentaje del capital de la empresa, que suele estar entre el 5 y el 10% de la compañía”. Y quien desee entrar, entra. “Las nuevas acciones están disponibles para que las compre quien quiera y a un precio pactado entre vendedor y comprador”, precisó Oliver en su defensa de las "garantías" del modelo.
Los proyectos biotech que en España acudieron al crowdfunding –hasta ahora solo dieron el paso seis firmas, todas con sede en Barcelona– solicitaron una media de 150.000 euros. Y el promedio de inversión por persona está en 3.000 euros. Según su experiencia, “en torno al 50% de los inversores está vinculado al sector de la salud”.
