El informe final de la cumbre del G-20: promesas sin fechas ni cantidades

Ni de capitalismo, ni de fechas exactas ni de cantidades concretas. El borrador del informe que firmarán los dirigentes asistentes a la cumbre del G-20 del próximo 2 de abril en Londres no contará con ninguno de estos elementos, según informa el 'Financial Times'.

Según el documento filtrado a este diario económico, los países asistentes a la cumbre se comprometerán a no tomar medidas proteccionistas, a introducir reformas en el Fondo Monetario Internacional (FMI) y a controlar los paraísos fiscales y el funcionamiento de la economía de mercado.

Reiterarán que las medidas de expansión fiscal puestas en marcha ya están dando sus frutos: un próximo aumento del 2% del PIB mundial y la creación de 20 millones de puestos de trabajo. Además, la expansión económica - que datan para finales de 2010- se verá facilitada por el proyectado incremento de los recursos del FMI, aunque todavía no han dado cifras exactas de las cantidades a las que ascenderá ese incremento.

Compromiso de control

Una vez más, los líderes de los países con mayor potencia económica no se arriesgarán a la hora de emitir balances ni proyecciones de futuro acerca del rumbo que pueda tomar la crisis. No en vano, según el 'Financial Times', el informe de la reunión es un ''globo sonda del Tesoro británico'' para testar el estado de opinión sobre lo que ya se ha decidido.

Tras afirmar que ''una crisis global necesita una solución global'', los líderes del G20 afirman su determinación ''de restablecer desde ahora mismo el crecimiento, resistir el proteccionismo y reformar nuestros mercados e instituciones para el futuro''. ''Estamos decididos a asegurar que no vuelve a repetirse esta crisis'', concluyen.

Para este futuro no hablan en ningún momento de capitalismo, sino de ''una economía mundial abierta y basada en los principios del mercado'', para la que garantizan un sistema de control que evite los paraísos fiscales.

Entre las iniciativas de ''regulación eficaz'', contemplan renunciar a la utilización de ''devaluaciones competitivas'', la supervisión de los fondos de alto riesgo (hedge funds), y duras sanciones para los paraísos fiscales.

Instituciones renovadas

Para ejercer este control ''eficaz'' de la nueva economía de mercado, el borrador apuesta por ''instituciones globales fuertes'', capaces de garantizar ''una globalización sostenible que permita prosperidad creciente para todos''.

Además de reforzar los fondos del FMI y de icrementar los créditos a cargo de los bancos multilaterales de desarrollo, incluidas las agencias de inversiones y crédito a las exportaciones; el G-20 pretende crear un foro de estabilidad financiera para supervisar los hedge funds, que bautizarán como 'Financial Stability Board' (Consejo de Estabilidad Financiera).

En cuanto a la banca, y con el mismo compromiso de control, aseguran que sus ejecutivos serán remunerados según ''sus prestaciones reales, su apoyo al crecimiento sostenible y su capacidad para evitar riesgos excesivos''.

En definitiva, un documento más simbólico que realmente significativo, que servirá al G-20 para justificar delante de la sociedad que no están 'de brazos cruzados'.

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