EOS, ¿un nuevo amanecer en el criptomercado?

El criptomercado anda de capa caída, con el bitcoin liderando una racha de pérdidas que no concuerda con las previsiones extremadamente optimistas de hace unos meses. El bitcoin llegará a valer 100 000 dólares en 2018, decían no pocos especialistas en la materia, basándose en los pronósticos de Saxo Bank. Bueno, la verdad es que la entidad dibujaba un sendero algo más largo, de una década aproximadamente.

No es menos cierto que los visionarios que empezaron a bautizar el bitcoin como futura reserva mundial estaban hipnotizados por la electrizante subida de la criptodivisa a finales de 2017. Apenas medio año después, muchos se desdicen, otros se retiran y unos pocos siguen empeñados en ver al bitcoin alcanzar los 100 000 dólares, asegurando que el reciente batacazo es solo una corrección del criptomercado.

De momento, el bitcoin sigue en caída libre con todas las criptomonedas a la zaga, aunque algunas resisten más que otras. EOS es uno de esos criptoactivos que estaban resistiendo con entereza el efecto dominó provocado por el derrumbe del bitcoin. Ahora hay quien duda de su fortaleza, teniendo en cuenta que en el mes de abril se disparó hasta los 23 dólares para hundirse de nuevo sin paracaídas durante el mes de mayo.

En cualquier caso, sigue por encima de los 10 dólares cuando el RSI empieza a rozar el nivel de sobreventa y el precio se aproxima a la media de 200. Esto no quiere decir que se vaya a producir un rebote al alza en breve, pero hay probabilidades de recuperación. Puede ser un buen momento para esperar y valorar largos, siempre teniendo en cuenta la relativa juventud de la moneda EOS, todavía en fase ICO.

Pese a su situación actual, el futuro de EOS es prometedor y hay quien empieza a adorar este token de la misma forma que los griegos hacían con la titánide homónima. Quién sabe, quizá este criptoactivo que apenas ha empezado a gatear esté anunciando un nuevo amanecer en el criptomercado. No hay que olvidar que llegó a los dos millones diarios en la susodicha fase ICO, que finalizará en junio de 2018.

De hecho, hay analistas que ven factible un repunte que lance la cotización de la moneda EOS a los 100 dólares para finales de año. También es cierto que esto se dijo en época de bonanza, cuando el bitcoin volaba por la estratosfera bursátil y el fantasma del fraude en el ICO del EOS era historia.

Conociendo un poco mejor al EOS

Todo el mundo tiene la lupa puesta en el EOS, en parte porque se encuentra en una situación que recuerda a los comienzos del bitcoin. Salvando las distancias entre ambos criptoactivos y obviando la temporalidad, los inversores se encuentran ante una divisa que vale apenas 10 dólares y tiene mucho potencial. Obviamente, nadie quiere perderse la oportunidad de forrarse, como pasó con el bitcoin en su momento.

Los que se rieron de los compradores de bitcoins antes de 2014 por poner su capital en una criptodivisa que no valía nada lloraron, y mucho, cuando en diciembre de 2017 aquellos ilusos se convertían en millonarios. Ahora, con un criptomercado que empieza a florecer, las risas no están permitidas y prima la investigación y el análisis de la ingente cantidad de tokens y criptomonedas disponibles.

En el caso de la moneda EOS, sabemos que se lanzó al ciberespacio en julio de 2017 a través de la plataforma de Etherum, dejando una pista clara desde su nacimiento sobre su naturaleza. No es de extrañar que, en su corta vida, EOS haya sido comparada una y otra vez con la criatura de Buterin. Solo hay que echar un vistazo al logotipo de ambas para entender que se parecen, aunque la titánide EOS la supera con creces.

Larimer ha ido más allá en los pilares que sustentan la filosofía de Etherum, mostrando una evolución significativa en aspectos básicos como la flexibilidad, la seguridad, la usabilidad, la escalabilidad o la descentralización. Nos encontramos ante una plataforma que, entre otras cosas, permite más transacciones simultáneas a un menor coste, el envío de mensajes con un cifrado más potente o el diseño de aplicaciones para empresas.

El propio Larimer asegura que su plataforma aporta un blockchain mucho más atractivo para las empresas que necesiten desarrollar aplicaciones, señalando que simplifica el diseño de las mismas, permite la interacción con multitud de aplicaciones y, lo más importante, las transacciones son sensiblemente más rápidas y no cuestan nada. Con estas bondades, está claro que EOS se trata de un criptoactivo con futuro, aunque solo sea para anunciar la salida del sol en los criptomercados.

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