Con el fin de aliviar las necesidades de liquidez que atenazarán a muchas familias y empresas, el Gobierno ha incluido un nuevo supuesto en el que, en los próximos seis meses, se podrá rescatar una parte del ahorro invertido en un plan de pensiones. Eso sí, se restringirá a los afectados por un expediente de regulación temporal de empleo (Erte), a los autónomos que tuviesen que cesar en su actividad por las restricciones de confinamiento y a otros empresarios que tuvieron que colgar el cartel de cerrado desde el 14 de marzo, con la declaración del estado de alarma.
En el caso de los gallegos, ¿a cuánto asciende este colchón? Según los últimos datos del Observatorio Inverco, al cierre de 2018, el último ejercicio del que hay datos, había 3.435 millones de euros depositados en planes individuales, un 3,3% menos que en el año anterior debido a que el comportamiento negativo de los mercados financieros provocó una pérdida de valor de los activos. En el conjunto del Estado, las estadísticas de la Asociación de Instituciones de Inversión Colectiva y Fondos de Pensiones (Inverco) indican que, al término de 2019 el patrimonio en fondos de pensiones individuales, de empleo y asociados creció un 8,9%, hasta los 116.418 millones. Siete de cada diez euros están invertidos en planes personales.
De media, los gallegos tenían 8.465 euros invertidos en planes de pensiones individuales en 2018, menos que el promedio estatal (9.543)
Lo cierto es que, en este convulso inicio de 2020, algunos de estos productos, particularmente los vinculados a la renta variable, están viendo castigada su rentabilidad anual por la volatilidad que lastra las bolsas en plena tormenta del Covid-19, una circunstancia que puede penalizar a quien haya contratado un plan hace pocos años y tenga que recurrir a este dinero.
Mientras el Gobierno se ha propuesto promover el ahorro privado para la jubilación para complementar las prestaciones públicas impulsando el atractivo de los planes de empresa a costa de reorientar los incentivos fiscales de los que ahora se benefician los individuales, en Galicia, hace dos años eran 405.726 los partícipes de fondos personales. ¿Cuánto tenían de media? Unos 8.465 euros, menos que el promedio estatal (9.543) y, desde luego, que los navarros, los que más apuestan por este sistema de previsión (14.212).
El dinero que se rescate tributará como rendimientos del trabajo en el IRPF, aumentando la base imponible al hacer la declaración de 2020 el próximo año
¿Cuánto se podrá retirar en caso de que el Covid-19 mine nuestros ingresos? El decreto 11/2020 establece que, en el caso de los empleados que se queden en paro, el límite será el equivalente a los salarios que se dejen de percibir mientras se mantenga en vigor el Erte. Para los autónomos, los ingresos netos estimados que dejen de entrar en caja durante la crisis sanitaria; un tope temporal que se ceñirá a lo que dure el estado de alarma para el resto de empresarios.
La nueva normativa estipula que, una vez que el interesado pruebe documentalmente que cumple los requisitos, el reembolso deberá realizarse "en el plazo máximo de siete días hábiles". Con todo, aún falta que el Gobierno regule de forma más pormenorizada, a través de un reglamento, los términos y condiciones en los que podrá echarse mano de estos ahorros. En todo caso, esta ventana de liquidez, que estará disponible de aquí a octubre, se extenderá a los titulares de planes de previsión asegurados, planes empresariales y mutualidades de previsión social.
¿Y cuál será el tratamiento fiscal? No habrá exención. El dinero que se rescate tributará como rendimientos del trabajo en el IRPF, aumentando la base imponible al hacer la declaración de 2020 el próximo año. Y es que el atractivo fiscal de este sistema de ahorro se ciñe a las desgravaciones que pueden aplicarse anualmente al hacer la declaración de la renta en base a las aportaciones realizadas hasta un máximo de 8.000 euros.
Pese a incidir en que la finalidad principal de los planes de pensiones debe ser mantener retenido ese ahorro para conservar el nivel adquisitivo en la jubilación, el presidente de Inverco, Ángel Martínez-Aldama, destaca la relevancia de que "también puedan contribuir a mitigar las causas de necesidad económica" que ocasionará "la emergencia sanitaria". De hecho, actualmente ya se puede recurrir a estas reservas en caso de enfermedad grave, desempleo prolongado, incapacidad temporal, dependencia o desahucio, a lo que se suma la ventana de liquidez que se abre pasados diez años de la primera aportación, que el exministro Luis de Guindos instauró desde enero de 2015 para elevar el atractivo de estos productos.
El marcado perfil conservador de los gallegos a la hora de invertir sus ahorros explica que los depósitos en entidades bancarias creciesen un 4,4% en 2019, hasta terminar el año en 63.490,7 millones de euros en cuentas corrientes y de ahorro de hogares e instituciones sin ánimo de lucro, según los datos del Banco de España.
23.519 €
Es el ahorro medio por habitante en Galicia en depósitos. Si el cálculo se extrapola al conjunto de España —con reservas que rebasan los 1,2 billones de euros—, la referencia se eleva a 25.880 euros.
Los depósitos a plazo, en mínimos en 20 años
Ante la nula o ínfima remuneración que las entidades bancarias abonan por los depósitos a plazo, la inversión de los gallegos en este producto se encuentra en su nivel más reducido desde diciembre del año 2000. Tienen 13.053 millones. En cambio, 50.437 millones están en cuentas a la vista, con lo que de precisar el dinero el reembolso sería inmediato y sin penalizaciones.
