La inflación se desacelera hasta el 7,3% por la bajada de la luz

El dato adelantado de septiembre refleja esa moderación en la subida del coste de la vida por tercer mes, pero está por ver la evolución de la alimentación ► La inflación subyacente no aflojó
La electricidad y el gas dan un respiro a los hogares en octubre. ARCHIVO
photo_camera La electricidad y el gas dan un respiro a los hogares en octubre. ARCHIVO

El abaratamiento del gas y la electricidad explican que la inflación se esté moderando tras alcanzar en julio su techo en más de tres décadas con una tasa interanual del 10,8%. A partir de ahí, comenzó a desacelerarse cada mes hasta situarse en octubre en el 7,3%, lo que supone 1,6 puntos menos que en septiembre.

Es un encarecimiento del coste de la vida todavía muy intenso, pues el bolsillo del consumidor acumula desde inicios de año subidas superiores al 6% mes tras mes y en prácticamente todos los capítulos de gasto, pero en este contexto todo lo que ayude a aliviar las economías domésticas es bienvenido.

En este caso hay una pequeña vía de oxígeno en la bajada de precios de la energía, que hace un año subían. En octubre, la cotización del gas se ha desplomado con las reservas de España en máximos, la demanda en mínimos y unas condiciones meteorológicas que favorecieron una mayor aportación de la eólica, lo que ha abaratado la electricidad en el mercado mayorista cerca de un 32%.

Más allá del respiro que pueden dar las facturas del hogar, está por ver cómo se han comportado otros capítulos de gasto con mucho peso para los hogares, como la alimentación. Y es que el dato de evolución del índice de precios de consumo (IPC) que este viernes ofreció el Instituto Nacional de Estadística es un avance, por lo que hasta mediados del mes de viene no se conocerán las cifras desglosadas y las relativas a las comunidades. Hay que recordar que en septiembre, aunque la inflación pisó un poco el freno en su crecimiento, el encarecimiento de la comida se intensificó, con todos los productos básicos aumentando su precio.

A la espera de ver cómo evolucionan este y otros apartados —los carburantes también han vuelto a subir, por ejemplo—, hay un indicador que sigue preocupando. Es la denominada inflación subyacente, aquella que no tiene en cuenta el comportamiento de precios de la energía ni la de los alimentos elaborados por ser más volátiles. Su tasa se mantuvo en el 6,2%, esto es, no bajó ni una décima. Sigue así cerca del pico del 6,4% marcado en agosto y acorta su distancia con la tasa general, a solo 1,1 puntos. Es más fiable para ver la tendencia del coste de la vida.

Aunque el coste de la vida se encarezca con un poco menos de intensidad, continúa haciéndolo a un ritmo muy superior al que se revalorizan los salarios. Hay que recordar que los pactados en los convenios colectivos registrados hasta septiembre en el conjunto del país subieron de media un 2,6%, lo que se traduce en la pérdida de poder adquisitivo.

Con este telón de fondo, los sindicatos urgieron de nuevo este viernes a subir las remuneraciones de los trabajadores, advirtiendo de las consecuencias para una economía que puede bordear la recesión. CC.OO. avisa de que una "intensa devaluación salarial" contribuirá a la desaceleración, mientras desde UGT su secretario general, Pepe Álvarez, instó a las empresas a "repartir los beneficios" con los trabajadores. "Se están forrando como hace mucho tiempo que no se forraban en nuestro país", afirmó.

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