Lidl reabre este jueves su tienda de Costa Vella, en Santiago de Compostela, tras unas obras de mejora de más de 3 millones de euros que han tenido una duración de tres meses y medio.
En concreto, la intervención se ha centrado en varios aspectos: la ampliación en un 25% de su sala de ventas (pasa de más de 1.100 m2 a más de 1.370 m2) con la ocupación de terrenos existentes en la fachada trasera, la cobertura de un 50% de sus 110 plazas de aparcamiento y la modernización de la fachada principal.
A estas tres actuaciones se suma "un impulso claro de la sostenibilidad y el compromiso medioambiental", como se aprecia en el equipamiento sostenible y en los más de 1.000 m2 de paneles solares que se incorporan, así como en el uso de iluminación LED y también en la dotación de dos puntos de carga para vehículos eléctricos.
"Estamos hablando de una modernización integral en la que es, sin ninguna duda, la obra de reforma más ambiciosa que hemos desarrollado en nuestros puntos de venta de la capital gallega", subraya el director regional de Lidl en Galicia, Jaime Herrá, al tiempo que incide en que "a inversión que hemos movilizado, comparable a la que han llevado a cabo otras firmas del entorno para sus aperturas o a la que Lidl realiza en otros puntos para sus nuevas instalaciones, deja patente que, en la práctica, quienes nos visitan se encontrarán prácticamente con un supermercado nuevo".
Como es habitual en su estrategia de apoyo a la creación y consolidación de empleo de proximidad, la cadena ha contratado estas obras a empresas gallegas, como la constructora Plaintec o la firma de ingeniería Cotecno. Además, la ampliación de la superficie de venta permitirá a la marca contar con una plantilla total de 30 personas para estas instalaciones de la calle Eslovenia, con cinco puestos de nueva creación.
