Los sindicatos agrarios se desmarcan de la tractorada: la batalla ya no está en la calle

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"Entendemos la situación por la que está pasando el sector lácteo porque llevamos 30 años defendiéndolo, pero mientras unos negociamos una legislación para que lo pactado se cumpla otros piden milagros al Apóstol", espeta el secretario xeral de Xóvenes Agricultores (XX.AA), Francisco Bello, al preguntarle por la posición de su sindicato en las movilizaciones que estos días se celebran en Santiago.

Y es que, ante los bajos precios de la leche en origen y el incumplimiento del pacto cerrado en julio que buscaba la creación de contratos homologados, la plataforma Ganaderos Unidos (GG.UU) ha vuelto a sacar los tractores a la calle. Y lo ha hecho sin contar con los tres sindicatos tradicionales. De ellos "no queremos saber nada", ha dicho el portavoz de GG.UU., Andrés Señarís.

Unión en los sindicatos tradicionales
Sin embargo, ni Xóvenes Agricultores, ni Unións Agrarias (UU.AA) ni el Sindicato Labrego (SLG) lamentan la falta de unidad. Al contrario. Ninguna de las tres centrales considera que este sea el mejor momento para una tractorada, ya que, una vez firmado el contrato de Madrid --el 14 de julio-- la batalla no está en la calle, sino en las instituciones. "Piden un precio mínimo. ¡Nosotros también! También queremos un precio de referencia que cubra los costes de producción, pero esa negociación hay que darla en Bruselas", advierte Bello.

Al hilo, los tres sindicatos aludieron a la multitudinaria manifestación que se celebró el 21 de noviembre en Madrid, donde alrededor de 500.000 agricultores exigieron al Gobierno español que considerase al sector lácteo "como se merece" y reclamaron medidas urgentes contra la que han calificado como la peor crisis conocida en el campo.

"Desde entonces, el futuro del sector lechero se debate en reuniones a nivel estatal y europeo, donde tenemos que reforzar nuestro papel para que lo que negociamos se cumpla", señala el secretario xeral de XX.AA., quien asegura que "lo que al final importa" es que exista una legislación clara que permita la intervención de las autoridades competentes en los casos de incumplimiento de los acuerdos.

Poner el acento en un precio que cubra los costes
En esta línea, según apunta Carme Freire, secretaria xeral del SLG, es en Madrid y en Bruselas donde se habla de la regulación de la producción y de los mercados "para evitar la entrada a mansalva de leche de fuera". Y es también donde se negocian los acuerdos políticos de cara a satisfacer la principal demanda de los ganaderos: un precio que cubra los costes de producción.

"Es ahí donde hai que poner el acento y en esta presión sí estará el SLG", enfatiza Freire, quien recuerda que el sindicato se ha movilizado con ocasión de la celebración de reuniones de ministros o ante el Parlamento Europeo "en solitario, y entonces nadie reclamó unidad".

Pero las críticas de Freire a la tractorada de Ganaderos Unidos van más allá. La sindicalista subraya que desde el SLG no se ha brindado apoyo al acuerdo de Madrid, para apuntar acto seguido que poseen "la legitimidad y la responsabilidad de no engañar a la gente". A juicio de Freire, no se puede hacer un llamamiento a una manifestación que pide un precio mínimo y, al mismo tiempo, el cumplimiento de dicho acuerdo porque éste "no contempla precio mínimo alguno", razón por la que el SLG no lo firmó. "Y el tiempo nos ha dado la razón".

UU.AA: ''No hay que negociar otro acuerdo''
Quien sí apoyó aquel acuerdo es Unións Agrarias. Su secretario xeral, Roberto García, considera que las movilizaciones convocadas por Ganaderos Unidos no son "el mejor formato" para evidenciar a día de hoy la situación del sector. Tras recordar que su sindicato no fue convocado --"y es norma de la casa no estar allí donde no has sido invitado"--, García apostó por "una actuación selectiva contra las industrias que no cumplan lo pactado" en el acuerdo firmado hace seis meses. Y dio nombres: Río, Celta y Reny Picot.

"No hay que negociar otro acuerdo, hay que tratarlas de manera distinta porque no cumplen, y es la actuación que está llevando a cabo todo el sector, excepto este grupo", dijo, en referencia a GG.UU. Según sus cálculos, el 100% de la leche está en el Estado por encima del precio pactado, porcentaje que en Galicia baja al 80%. "Hay un problema con ese 20% que está por debajo, y hay que solucionar ese problema".

También para UU.AA la batalla está ahora en las instituciones. Así, García enumera las cuestiones que se están negociando a día de hoy en Bruselas: la resolución de la problemática que plantean los tribunales de competencia a la hora de pactar precios, evitar la caída de los precios en el conjunto de la Unión Europea y que las relaciones contractuales por escrito se acaten.

Al hilo, el sindicalista apunta a que Finlandia y España son los únicos estados comunitarios donde los precios, "aún siendo insuficientes", están por encima de la media europea. Y recuerda que en los últimos 30 años no se han cumplido los pactos. "En un país como Holanda, donde todo son cooperativas, no se hace tan necesario. Pero aquí, donde hablamos de sociedades anónimas o particulares, negociar las sanciones a imponer en caso de incumplimiento es imprescindible".

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