Malestar por los límites a las nuevas granjas de vacuno

El Gobierno quiere evitar que se levanten a menos de 500 metros de otras y poner un tope a los animales en ordeño
Vacas en una sala de ordeño de una explotación láctea
photo_camera Vacas en una sala de ordeño de una explotación láctea

La norma de ordenación de las granjas de vacuno que prepara el Gobierno central, la primera específica para este sector en España, ha hecho que las organizaciones agrarias en Galicia se lleven las manos a la cabeza por las limitaciones que pretende imponer a las nuevas explotaciones. Hay dos novedades controvertidas: la prohibición de construir granjas de leche o de carne a menos de 500 metros de otras de bovino ya existentes o de núcleos habitados, y el veto a tener más de 850 cabezas de ganado adulto.

Unións Agrarias (UU AA) considera que estas normas recogidas en el proyecto de real decreto que ahora inicia el periodo de consulta pública "non teñen sentido nin fundamento técnico ningún" y demuestran un "descoñecemento" sobre la realidad del vacuno en comunidades como Galicia. Cree que compara este sector con el porcino o avícola en intensivo.

Desde la central agraria explican que el riesgo de difusión de enfermedades infectocontagiosas en el ganado al que el Ministerio de Agricultura alude para establecer una distancia mínima de 500 metros en las explotaciones que se construyan respecto a las que ya funcionan no existe en el bovino. Sobre la separación respecto a núcleos habitados, recuerdan que la Lei do Solo permite levantar granjas en extensivo a 100 metros de áreas de población e incluso deja en manos de los concellos reducir esa distancia a 50 metros.

El proyecto normativo recoge que, con carácter excepcional y con justificaciones técnicas, las autoridades competentes podrán autorizar, como máximo, una reducción del 10% en las distancias mínimas que establece. Las comunidades las podrán modular, sin que en ningún caso se reduzcan más de un 20%, lo que supone que no deberán bajar de 400 metros.

Sobre la intención de limitar el tamaño de las explotaciones a 850 unidades de ganado mayor (UGM) —lo que equivale a otras tantas cabezas adultas de más de 24 meses, mientras una novilla, por ejemplo, presenta 0,6 UGM—, la organización agraria critica que a partir de ahí el ministerio las trate como macrogranjas cuando "non o son".

En Galicia hay varias que superan ese umbral y cada vez más que se acercan. El responsable de sector lácteo de Unións, Óscar Pose, defiende que no suponen un riesgo para el medio ambiente puesto que tienen base territorial en la que depositan el purín. El sector también carga contra la obligación de delimitar perimetralmente las granjas o establecer zonas de cuarentena específicas.

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