El nuevo ajuste llega con la red bancaria al nivel de 1975 y 45 concellos sin oficina

Galicia encara los Ere de la gran banca tras perder 3.900 empleos en una década y con la mitad de sucursales que en 2008
Usuarios operando en cajeros. PEPE FERRÍN (AGN)
photo_camera Usuarios operando en cajeros. PEPE FERRÍN (AGN)

El sector financiero continúa sumido en una profunda transformación, presionado por la competencia de las fintech y nuevos operadores como Google, Facebook o Amazon, las elevadas provisiones que hubo que constituir para hacer frente al covid y por la caída de la rentabilidad tras casi una década de bajos tipos de interés. Después de recortar unos 3.600 empleos en 2020, este año están en juego más de 18.200 a cuenta de los expedientes de regulación de empleo (Ere) en negociación. Estos tienen su máximo exponente en los 8.291 puestos de los que aspira a prescindir CaixaBank, que planea cerrar 1.534 oficinas al integrar Bankia.

A ellas se suman otras 530 sucursales del BBVA, lo que se traduciría en la salida de 3.798 trabajadores. De su lado, el Santander prevé eliminar 3.572 contratos; Sabadell, unos 1.800, e Ibercaja, 750. Y en verano se concretará el ajuste que negociarán Unicaja y Liberbank en el marco de su fusión, aunque no se descartan más sorpresas.

El adelgazamiento ha sido tal en los últimos años que de un mapa conformado por 198 bancos, cooperativas de crédito y cajas de ahorros españolas en 2008 y 45.662 oficinas se ha pasado a 113 entidades en 2020 con 22.299 sucursales.

Paradójicamente, con el ahorro en manos de familias y empresas en máximos históricos —a cierre de 2020 había 69.557 millones en depósitos tras despuntar un 10% con la crisis del covid—, Galicia encajará la nueva oleada de recortes tras haber perdido más de 3.900 empleos desde 2011, el año en el que Novacaixagalicia se vio abocada a convertirse en banco. Lo hará, además, con el número de sucursales reducido a niveles de 1975.

Al término del pasado año, estaban abiertas 1.226 oficinas, la mitad que en 2008, en manos de 25 enseñas, de las cuales 22 son bancos y las otras tres son cooperativas de crédito, entre ellas la Caixa Rural Galega. Frente al modelo de sucursales, Mediolanum opera con agentes financieros en el mercado gallego, donde también hay hueco para exponentes de la banca online como Openbank, Evo o ING.

Computando la integración de Bankia y CaixaBank, Liberbank y Unicaja y la compra por parte de Abanca de la red de Novo Banco en España, este año se perderán al menos otros tres actores. Los registros del Banco de España (BE) reflejan la profundidad de la reconversión, pues en 2015, el primer año para el que hay datos desglosados, en la comunidad operaban 30 enseñas con puntos de atención físicos.

Hoy por hoy, con 477 locales, el 39% del total, Abanca tiene la mayor capilaridad. De hecho, en 128 concellos es el único exponente. Santander tiene 231 oficinas en Galicia y prevé clausurar 79, mientras CaixaBank, con 162, no ha desglosado su plan, al igual que tampoco lo ha hecho el BBVA, con 141.

SIN SUCURSAL. Doce años después de que arrancara la reordenación del mapa con la intervención de Caja Castilla-La Mancha, las fusiones y la reducción de la capacidad instalada han derivado en que muchos municipios se queden sin una sucursal a la que acudir. En Galicia, al término de 2020 esa situación afectaba a 54.600 habitantes de 45 concellos, de los cuales 27 son ourensanos, según revelan los registros del supervisor. Lugo, donde carecen de oficina Negueira de Muñiz, O Páramo, Ribas de Sil, Ribeira de Piquín y Samos, y Pontevedra, con Dozón y Mondariz Balneario en el listado, son las provincias que, por ahora, menos padecen el avance de la exclusión financiera.

Este fenómeno por el cual los consumidores de la España vaciada han visto empeorar sus condiciones por la reducción de la competencia y por tener que recorrer varios kilómetros para ir al banco ha llamado la atención de la CNMC. Tanto es así que en la fusión de CaixaBank y Bankia detectó 21 códigos postales en los que, debido a los solapamientos de red, la nueva CaixaBank quedaría con una sola oficina en régimen de monopolio, de modo que los habitantes de esas zonas carecerían de otra entidad a la que acudir en busca de mejores condiciones al contratar un producto. En otras 65 áreas, afloró una situación de duopolio o de escasa concurrencia que llevó a la CNMC a imponer restricciones como el veto a cerrar puntos de atención en municipios que se quedarían sin servicios financieros.

Comentarios