Un día después de la entrada en vigor del veto que prohíbe a la flota comunitaria que utiliza artes de fondo operar en 87 áreas en aguas de España, Portugal, Irlanda y Francia, en Galicia, donde la medida afecta de forma directa a unos 200 barcos, que suman 4.400 tripulantes, el sector aguarda con interés la reunión de la comisión de Pesca que se celebrará en la tarde de este lunes en el Parlamento Europeo, en Bruselas.
Comparecerá el comisario de Medio Ambiente, Océanos y Pesca, Virginijus Sinkevičius, y se espera que eurodiputados de los países afectados aprovechen para redoblar la presión ante un reglamento que incluso los científicos critican. Los propios expertos señalan no hay base para expulsar al palangre o las volantas de los caladeros situados entre el Golfo de Cádiz y Glasgow, en Escocia, sin contar con informes sobre su impacto real en los ecosistemas.
En unas horas en las que los armadores informan a sus flotas de las zonas que deben abandonar y capean la incertidumbre después de que la propia Comisión Europea tuviese que aclarar el jueves que sí se podrán soltar los aparejos en zonas con menos de 400 metros dentro de las áreas afectadas —lo que beneficia al arrastre—, este domingo el presidente de la Cooperativa de Armadores de Pesca del Puerto de Vigo, Javier Touza, admitía que "segue habendo moitas dúbidas".
En declaraciones a la Radio Galega, llamó a aprovechar la sesión de hoy para hacer entender al comisario lituano la necesidad de retrasar la aplicación del reglamento al menos hasta fin de año para aprovechar la campaña de Navidad. Además, el portavoz de Arvi recuerda que Sinkevičius se abrió en septiembre a revisar los vetos en noviembre cuando el Consejo Internacional para la Exploración del Mar (Ices) presente su informe científico con datos actualizados.
De otro lado, el responsable de Arvi augura que las "dificultades" vendrán de la mano de la "convivencia das artes fixas e o arrastre", cuya actividad es "incompatible" por cuestiones técnicas. Y es que palangreros y volanteros tendrán que procurarse nuevos caladeros en los que coincidirán con arrastreros, por lo que el sector teme conflictos, sobre todo en aguas irlandesas.
Desde la Xunta, que este domingo apuntaba que con la entrada en vigor del veto "miles de familias galegas ven afectado o seu sustento", la conselleira de Mar expresaba su temor a que puedan darse abordajes y pidió que impere "o sentido común" en un escenario de "incerteza, inseguridade e nerviosismo". "Espero que o sector demostre que ten máis cabeza que algúns dos xestores que regulan a actividade", avisaba Rosa Quintana.
La intención de la Xunta es "seguir traballando da man do Goberno de España" para conseguir "a suspensión" del reglamento. Para ello, además de redundar en el frente conformado con Cantabria, País Vasco, Asturias y Andalucía, en los próximos días la conselleira se reunirá con técnicos de otras regiones europeas tras lo que pedirán una cita con el comisario.
En cuanto a la labor del Gobierno central, Quintana admite cierta decepción por que "non fora máis proactivo" acudiendo antes al TJUE y negociando con el resto de regiones para "frear este ataque".
En la necesidad de que el Gobierno reclame una moratoria ante "unha medida inxusta" incidió este domingo la portavoz del BNG, Ana Pontón, que señaló que el recurso judicial
puede tardar años en resolverse.
GOBIERNO
En RNE, la secretaria general de Pesca del ministerio, Alicia Villauriz, puso en valor que 140 barcos españoles podrán seguir faenando en zonas por debajo de los 400 metros con lo que el arrastre "no tendrá impacto". Además de apuntar a la necesidad de tener "estudios específicos" sobre el impacto del palangre de fondo, admitió preocupación por la situación de estos buques en Gran Sol.
