Gracias al despliegue de prestaciones y ayudas acometido por las administraciones para paliar el golpe que supuso el covid en las empresas y los ciudadanos, la renta bruta disponible –esto es, los recursos con los que cuentan las familias para gastar o para ahorrar– se situó en 2020 en 15.719 euros de media por habitante en Galicia, lo que implica una caída del 1,8% respecto a 2019. El dato lo publicó este viernes el Instituto Galego de Estatística (Ige), que también avanzó, sin entrar en detalles a nivel local, que en 2021, al amainar la crisis sanitaria, los recursos crecieron 3,2%, hasta 16.224 euros.
Este indicador, que refleja el resultado de la redistribución de la renta contando los impuestos y cotizaciones, los ingresos de la actividad laboral y las prestaciones, ratifica que el municipio más rico es Oleiros, con 23.238 euros por vecino en 2020, una cifra que, con todo, recoge una caída del 7,2%. Una vez más, el hecho de ser el lugar de residencia de la primogénita de Amancio Ortega, Sandra Ortega, de directivos de Inditex y de acoger la sede de tecnológicas como Altia o Disashop inclina la balanza.
¿El segundo mejor parado? Nigrán, con 19.535 euros (+4,7%). El concello de Pontevedra se situó en el octavo puesto, con 17.677 euros per cápita, prácticamente la misma cantidad que en 2020 (-0,1%).
En el polo opuesto, Negueira de Muñiz es el más pobre de Galicia, con 5.648 euros por cabeza. Poniendo el foco en territorio pontevedrés, el peor parado es A Cañiza, con 8.786 euros, prácticamente lo mismo que en 2019 (-0,3%).
Del análisis por provincias se extrae que A Coruña fue la que más vio caer la renta disponible por habitante: un 3,6%, hasta los 16.548 euros. Con 15.328, Pontevedra encajó un retroceso del 0,4%, un declive que llegó al 0,7% en Lugo, con un promedio de 14.976 euros por habitante. En Ourense, la caída de este indicador fue del 0,2%, hasta los 14.670 euros.

Fruto de la concentración de la actividad productiva, las siete urbes –que copan el 36,2% de la población– son también el foco del 41,7% de la renta disponible bruta autonómica, que ascendió a 42.417 millones en 2020.
En cuanto a la composición de la renta, el Ige señala que en 205 concellos los salarios fueron la principal fuente en 2020. Un año antes, cuando la pandemia sonaba a ciencia ficción, eran 226. En cambio, en 108 ayuntamientos, principalmente de Lugo y Ourense, las pensiones fueron el sustento de mayor peso, una realidad íntimamente ligada al progresivo envejecimiento del interior de la comunidad. Por otra parte, en Portomarín y A Illa de Arousa, las rentas mixtas, esto es, las derivadas del trabajo autónomo y de los beneficios empresariales fueron la fuente de mayor peso.
En un año en el que las ayudas por Erte y el ingreso mínimo vital fueron un paraguas para muchos, las cotizaciones que pagaron los gallegos cubrieron el 58,6% de las prestaciones cobradas en la comunidad. Solo en Ames el desembolso en cuotas fue mayor que el saldo de las prestaciones.