S&P mantiene la nota de España en notable bajo pese a ralentización económica

La agencia de calificación calcula que el país crecerá un 2,8% este año y que el avance se mantendrá por encima de la media de la zona del euro en el periodo 2019-2021

Oficinas de Standard and Poor's en Nueva York. AEP
photo_camera Oficinas de Standard and Poor's en Nueva York. AEP

Standard and Poor's ha mantenido este viernes la nota de España en notable bajo (A-) con perspectiva positiva por las sólidas perspectivas de crecimiento económico y a pesar de cierta desaceleración, del alza de los objetivos de déficit público, del alto nivel de deuda pública y de la incertidumbre política.

En su informe, la agencia de calificación de riesgo espera que se mantengan las tensiones políticas en Cataluña y destaca que la falta de una mayoría parlamentaria limita la capacidad del Gobierno para implementar reformas estructurales.

No obstante, calcula que la economía crecerá un 2,8% este año y que el avance se mantendrá por encima de la media de la zona del euro en el periodo 2019-2021.

Añade que dado el panorama político actual "caracterizado por un Gobierno débil, la situación en Cataluña y la preparación del presupuesto para 2019" no se puede descartar la posibilidad de elecciones anticipadas.

La agencia no cuenta con que el Gobierno socialista pueda revertir las reformas pasadas, pero avisa de que si esto ocurre pesará sobre las perspectivas económicas y la solvencia de España.

Sobre la tensión con Cataluña dice que el mayor riesgo está en que se produzca una caída sostenida de la confianza empresarial y del consumidor, si bien señala que de momento el riesgo político no parece haber afectado significativamente a los indicadores macroeconómicos.

Del déficit destaca que aunque el Ejecutivo haya flexibilizado la senda de consolidación presupuestaria y haya elevado la meta de 2018 al 2,7 % del PIB, el desequilibrio de las finanzas públicas tiende a la baja y España sigue contando con superávit por cuenta corriente.

La agencia subraya que el empleo sigue creciendo con fuerza y que el patrón de crecimiento económico se mantendrá equilibrado, aunque la demanda interna (consumo e inversión) seguirá siendo el motor del avance de la economía.

En este contexto vaticina un aumento del consumo privado, condiciones financieras favorables, un incremento de la inversión y el mantenimiento de la recuperación del sector inmobiliario y de la construcción.

La desaceleración del crecimiento en los próximos tres años vendrá dada, según S&P, por la normalización de la política monetaria del Banco Central Europeo, una inflación más alta y la reducción de la tasa de ahorro de los hogares. 

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