Abascal busca una alternativa con el PP y Sánchez pide a Casado que frene a Vox

El Congreso vota este jueves la moción de censura de Vox, tras una primera jornada con más de once horas de debate
Abascal, al fondo, tras la intervención de Pedro Sánchez. EMILIO NARANJO (EFE)
photo_camera Abascal, al fondo, tras la intervención de Pedro Sánchez. EMILIO NARANJO (EFE)

El pleno del Congreso vota este jueves la moción de censura de Vox, que se prevé que sea la menos votada de las cinco registradas en la democracia constitucional. Será después de que intervengan los grupos que no lo hicieron en las casi once horas y media de debate del miércoles, en las que se enfrentaron dos visiones de España.

Las contrapusieron el líder de Vox y candidato en la moción, Santiago Abascal, que acusó al Gobierno de "incendiar" las calles del país, y el presidente, Pedro Sánchez, quien reprobó a la "ultraderecha" su concepto de España, "de odio" y "furia". 

Entre los reproches de uno y otro, el PP y su líder, Pablo Casado. Ni él ni nadie de esta formación ha dicho aún en público cuál será el voto, la abstención o el "no", ya que el "sí" está completamente descartado. Aunque haga lo que haga en la votación no alterará el resultado final de la moción, el fracaso, tanto Abascal como Sánchez han pedido a Casado que se posicione

El líder de Vox, en la primera sesión del debate, solicitó el apoyo, no ya para sacar adelante la iniciativa contra el Ejecutivo, lo que es inviable, sino para ir forjando una "alternativa cultural y territorial"

El presidente del Gobierno, por su parte, llamó a Casado a votar en contra, pues así cortará con la "ultraderecha" y se ubicará en un territorio en el que el presidente, además, buscará el entendimiento. 

Los dos, a su manera, presionaron así al líder del PP. Cuando acabó la intervención de Abascal, el secretario general de los populares, Teodoro García Egea, compareció ante los medios para lamentar "la pérdida de tiempo", "la tomadura de pelo" y "el espectáculo circense" que ha supuesto la moción de censura. A la pregunta sobre el voto no respondió. 

El PNV empleó apenas un par de minutos de su tiempo para no engordar la "patochada" de la moción y ERC dijo a Vox que "a llorar, a Mingorrubio"

Las intervenciones de los grupos parlamentarios siguieron más o menos ese patrón, independientemente de la ideología, espectro político o circunscripción del diputado. El portavoz del PNV, Aitor Esteban, empleó solo un par de minutos de los 30 de los que disponía para remarcar que no contribuirá a engordar la "patochada" de la moción

Mientras el portavoz de ERC en el Congreso, Gabriel Rufián, defendió la legitimidad de que la izquierda esté en el Gobierno de España, y ante sus lamentos aconsejó a Vox: "A llorar, a Mingorrubio". Lo dijo en referencia al lugar en el que está enterrado Francisco Franco.

En su turno, el diputado del BNG, Néstor Rego, tachó al partido de Vox de "totalitario y franquista", y denunció que busca "eliminar" al discrepante. 

Fueron algunas de las voces que adelantaron el rechazo mayoritario del Congreso a la moción. De hecho, está confirmado el 'no' de PSOE y Unidas Podemos, de Ciudadanos, ERC, Bildu, Junts, CUP, BNG, PNV, CC, Más País, Compromís, UPN, Nueva Canarias, Teruel Existe o PRC. 

En las intervenciones se criticaron de Abascal muchas cosas: que si la moción no ha estado negociada, que no ha presentado un verdadero programa de gobierno, que retuerce episodios históricos o que la moción ha pasado de puntillas por la pandemia. En lo que han coincidido todos grupos es en denunciar su visión de país. El primero en hacerlo fue Pedro Sánchez. 

"Usted lo que hace es amar la España de Torquemada", dijo Sánchez a Abascal, quien prometió elecciones este año si sale adelante su moción

El presidente del Gobierno reprobó "el odio", "la furia" y "la intolerancia" que recorrieron los discursos de Abascal y de su antecesor en defensa de la moción, el diputado por Barcelona Ignacio Garriga. La moción, a su juicio, ha resultado "un grave error", entre otras razones porque ha pretendido "torpedear" la unidad que el país necesita para afrontar la pandemia del coronavirus. 

El socialista acusó a Abascal de "sembrar discordia y odio entre los españoles". Y opuso la voluntad ciudadana, que parará a Vox en las urnas, y la realidad social, que nada tiene que ver con "la España de Torquemada" que propugna Abascal. 

Tanto Garriga como Abascal, por su parte, culparon al presidente y al vicepresidente segundo y líder de Unidas Podemos, Pablo Iglesias, de los fallecimientos durante la pandemia por inacción, de debilitar las instituciones, y en general, de "jugar a la subversión" y de "incendiar la calle"

Con numerosas referencias al modelo bolivariano de Venezuela y a un cariz "socialcomunista" de la coalición, el líder de Vox acusó al Gobierno de haber "confinado" al Rey, en tanto que el diputado catalán directamente achacó a Sánchez "acabar con la buena imagen" de Felipe VI. 

Para esta formación, la gestión contra el coronavirus por parte del Gobierno ha sido "criminal", también en las residencias de personas mayores, y miró a China como origen de la pandemia. "Virus chino", dijo en varias ocasiones Garriga; "China debe pagar", señalaron Abascal y el diputado. 

Frente a las críticas, Sánchez defendió la actuación de su Gobierno y reiteró que su prioridad es y será "salvar vidas".

El terrorismo de ETA, los supuestos indultos a los presos del procès, la situación en Cataluña, el modelo económico fueron otros asuntos que enfrentaron a Sánchez y a Abascal. 

El debate continúa
Tras las casi once horas y media de debate en la primera jornada, la sesión plenaria se reanuda este jueves con los grupos parlamentarios que aún no ha intervenido, empezando por Unidas Podemos, con Lucía Muñoz y Sofía Castañón, por Podemos; Roser Maestro, por IU; y la diputada de En Comú, Aina Vidal. 

Tras ellas será el momento de Vox, que tiene su propio turno de intervención, así como del PP, presumiblemente con Pablo Casado, y del PSOE, por boca de Adriana Lastra. Todos disponen de un turno de 30 minutos y el candidato, Santiago Abascal, puede ir contestándoles uno por uno, lo que les daría derecho a una réplica de diez minutos. 

También está prevista la intervención del vicepresidente segundo del gobierno y líder de Podemos, Pablo Iglesias. 

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