Adiós a Ruiz-Mateos, el hombre de los imperios... y de las quiebras

El conocido empresario fallecía a causa de las complicaciones derivadas de una ruptura de cadera. Repasamos los capítulos más destacables de su vida
José María Ruiz-Mateos, en una imagen de archivo
photo_camera José María Ruiz-Mateos, en una imagen de archivo

Amo del disfraz y famoso prófugo de la Justicia, José María Ruiz-Mateos -fallecido este lunes a los 84 años debido a las complicaciones derivadas de una ruptura de cadera- fue una figura polémica que despertó lealtades y odios de manera desigual, que llevó a la bancarrota a su "imperio" por medio de una auténtica ingeniería financiera y cuya muerte cierra ahora un ciclo y un "clan familiar".

Nacido en 1931 en Rota (Cádiz), José María Ruiz-Mateos comenzó su trayectoria profesional en el negocio familiar de exportación de vinos al Reino Unido hasta que en 1961 fundó la sociedad RUMASA, que con el tiempo llegó a convertirse en el primer grupo empresarial español.

Tres años antes, en 1958, se había casado con María Teresa Rivero, con quien tendría trece hijos; un clan en el que las hijas estuvieron al margen de los negocios y los varones acabarían llevando las empresas del grupo.

Miembro del Opus Dei, organización a la que hizo cuantiosas donaciones desde sus empresas ahora quebradas, Ruiz-Mateos pasó sus últimos años enfermo de Parkinson y con una avanzada demencia senil, sin su mujer a su lado y con apenas contacto con alguna de sus hijas.

Un escenario muy lejano de aquel 1961 cuando constituyó la sociedad Rumasa, que diez años después se conocería como el "holding de la abeja", o de 1982, cuando se convertía en el primer grupo español con más de 700 empresas, aunque sólo 250 estaban operativas.

Entre ellas figuraban Galerías Preciados, Loewe, bancos como el Atlántico, Banco de Jerez y Banca Masavéu, la cadena hotelera Hotasa y algunos inmuebles singulares como las Torres de Colón (Madrid).

La expropiación de Rumasa en 1983 por el entonces gobierno socialista haría del ministro de Economía Miguel Boyer su enemigo, a quien llegó incluso a agredir en 1989 y espetarle la famosa frase "que te pego, leche".

Tras la expropiación, en marzo de ese año trasladó su residencia a Londres y meses después sería reclamado por la Justicia española; desapareció en 1984 de la capital británica y un año más tarde fue detenido en el aeropuerto de Fráncfort, Alemania.

En 1990 puso en marcha un nuevo holding familiar bajo la denominación de Nueva Rumasa, un entramado de empresas que con el tiempo se descubrió estaba plagado de testaferros y estructuras opacas en paraísos fiscales para evitar otra expropiación.

Absuelto por la Audiencia Nacional por el caso Rumasa en 1997 y condenado a tres años de prisión por el caso de la agencia de viajes Mundo Joven en 2005, logró el tercer grado a los pocos días de ingresar en la cárcel debido a su edad y delicado estado de salud.

La campaña mediática que orquestó, tras la expropiación le llevó a granjearse los votos suficientes para convertirse entre 1989 y 1994 en diputado del Parlamento Europeo.

En plena crisis económica, Nueva Rumasa inició en febrero de 2009 varias emisiones de pagarés en empresas del Grupo en las que garantizaba intereses de hasta el 12 %: las emisiones se convirtieron en un sistema de financiación piramidal y las compañías se declararon insolventes en 2011.

En ese mismo año, la familia Ruiz-Mateos anunció la venta de la mayoría de las empresas de Nueva Rumasa (por el precio de un euro cada

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