Aseguran que el falso shaolín tenía más fotos violentas de mujeres

La Policía Vasca encontró imágenes en las que siete mujeres más, al margen de las dos asesinadas, aparecen inconscientes y medio desnudas, manteniendo relaciones sexuales en algunos casos
 Juan Carlos Aguilar, acusado por el asesinato de dos mujeres en 2013
photo_camera Juan Carlos Aguilar, acusado por el asesinato de dos mujeres en 2013

El ertzaina encargado de la instrucción del atestado de los dos crímenes supuestamente cometidos por el falso shaolín Juan Carlos Aguilar ha relatado este lunes que en el gimnasio que regentaba en Bilbao localizaron fotos y vídeos de siete mujeres más, alguno de ellos con imágenes violentas.

Este agente de la Policía Vasca ha sido la primera persona que ha testificado este lunes en la segunda sesión de este juicio que se celebra en la Audiencia de Bizkaia contra Aguilar, a quien se le acusa de asesinar en 2013 a dos mujeres, una ciudadana nigeriana y otra colombiana, en el citado gimnasio. Ha explicado que esas otras mujeres aparecían inconscientes, medio desnudas, con ropa erótica, y en algunas ocasiones manteniendo relaciones sexuales.

También ha declarado que hablaron con algunas de ellas, ya que sus números de teléfono constaban en el móvil del acusado y que se reconocieron en las fotos y vídeos. Alguna de ellas también les dijo que mantenía una relación estable con Aguilar.

Los ertzainas entraron en el gimnasio el 2 de junio de 2013, después de recibir el aviso de una persona de que había visto a una mujer negra a la que metían a la fuerza en dicho local.

Los agentes se vieron obligados a forzar la puerta para entrar y una vez dentro y "escondida" bajo una lona vieron a una de las víctimas, la ciudadana nigeriana Maureen Ada Otuya, inconsciente y con bridas, cinco vueltas de cuerda y cinta americana en el cuello. También estaba atada de manos y pies. Presentaba también la cara ensangrentada y signos de violencia. Esta mujer, de 29 años, fue trasladada en coma al Hospital de Basurto, donde falleció tres días después.

En el gimnasio también encontraron siete bolsas de basura con restos humanos, entre ellos una cara "destrozada", dos pies, una pelvis y dos prótesis de silicona. Estos restos pertenecían a la otra víctima, la colombiana Jenny Sofía Rebollo, de 40 años, a quien había asesinado el día anterior. El instructor ha relatado también que, en un primer momento, Aguilar reconoció que las había matado y se justificó con la excusa de que tenía un tumor en la cabeza, lo que le provocaba "sensación de borrachera, con lagunas y flashes" en la memoria.

Por los delitos de asesinato con alevosía, reconocidos por el falso monje, la Fiscalía solicita una pena total de 40 años, mientras que las acusaciones particulares y populares solicitan 45, ya que aprecian el agravante de ensañamiento, lo que no ha sido reconocido por el acusado.

Por su parte, la presidenta de la Asociación Clara Campoamor, Blanca Estrella Ruiz, que ejerce la acusación popular en el juicio, ha preguntado este lunes por el resto de mujeres que aparecen en las fotos que se le incautaron a este individuo. "No sabemos si están vivas o muertas, ¿dónde están esas mujeres?", ha reclamado Ruiz en declaraciones a los medios de comunicación poco antes de que se iniciase la segunda sesión del juicio.

Sobre el hecho de que Aguilar reconociera el pasado viernes los dos asesinatos, pero no el agravante de ensañamiento, que las acusaciones particulares y popular sí aprecian, Ruiz ha explicado que el ensañamiento tiene consecuencias en la aplicación de beneficios penitenciarios para el acusado y la consideración de especial peligrosidad.

"Se trata de un tipo chulesco, sádico, le importa un pimiento lo que ha hecho; está encantado de haberlas matado y no se ha arrepentido ni ha pedido perdón", ha resumido.

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